Esta será una Semana Santa inédita. Pero no tiene por qué ser menos «Santa» que las anteriores.
Si bien no tendremos acceso a los Sacramentos ni a las ceremonias en los templos y calles en los que solemos hacer expresión pública de nuestra fe, en especial durante estos días, el desafío es superar esta «prueba de fe», pasar este desierto, asumiendo el desafío de la santidad:
«Vosotros, pues,
Mateo 5, 48.
sed perfectos
como es perfecto
vuestro Padre celestial».
Además de la participación virtual –sea individualmente o en familia, según las circunstancias específicas de cada uno–, se sugiere el uso de los siguientes símbolos según el día, y que nos pueden ayudar a tomar consciencia de lo que celebramos:
De esta manera también podremos dar testimonio de nuestra fe Católica, como una forma de llevar a la práctica el sapientísimo consejo de uno de los mejores amigos del Señor, y primer Papa, el Apóstol Pedro:
«Al contrario, dad culto al Señor, Cristo, en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza».
1 Pedro 3, 15.