Cuando un pelotón de soldados de nuestro Ejército fueron desarmados y secuestrados por unos cuantos indígenas dedicados al narcotráfico, armados de palos y machetes, forzoso es preguntarse: ¿Quién manda en nuestro país?
Un día sí y otro no se le ocurre a los populistas de extrema izquierda, cobijados por la más absoluta impunidad, destrozar las ciudades en sus marchas de protesta, causar daños a los medios de transporte, violar la libertad de locomoción y los derechos de los ciudadanos y agredir con bombas molotov y piedras a los agentes del orden.
Ante el recrudecimiento de la pandemia nos imponen de nuevo un encerramiento total en las principales ciudades, pero en Bogotá la alcalde “mamerta” autoriza 16 marchas de protesta a los agitadores de la izquierda, es decir, a los promotores del odio de clases y la anarquía. ¿Quién manda en Colombia, el Gobierno o la extrema izquierda?
Desde la posesión del Presidente Duque, escogido democráticamente por los colombianos, desataron sus opositores, los ”mamertos” de siempre, una apretada agenda de desmanes disfrazados de “protesta social”. Solicitamos mediante un derecho de petición a la Presidencia de la República que declarara el estado de conmoción interior y procediera a garantizar el orden como es su deber constitucional, pero, en su lugar, delegó el mantenimiento del orden en los alcaldes, casi todos de orientación marxista, los cuales, por supuesto, se han convertido en los alcahuetes de la rebelión y del caos.
Confiábamos los ciudadanos en que fuera la Constitución Política la guía a la que se sujetara el ejercicio de la autoridad. Sin embargo, los hechos evidencian lo contrario. En nombre de la “paz” se ha convertido la Constitución en una colcha de retazos para blindar la entrega del país a la narco-guerrilla, consolidar el abominable negocio de la coca y transitar hacia la implantación del social-comunismo.
Ahora, para conculcar los derechos constitucionales de los ciudadanos se inventaron otra justificación: La “pandemia”. Siguiendo la directriz presidencial de que “no es momento para las revocatorias”, su subalterno, el Ministro de Salud, en complicidad con el Registrador del Estado Civil, llevan dilatando durante dos (2) meses y medio la entrega de formularios para que los ciudadanos puedan ejercer el derecho a revocar el mandato de los alcaldes cuando no están de acuerdo con su gestión. ¿A quiénes favorecen estas artimañas? A los alcaldes “mamertos”, como es natural en este medio ajeno a la legalidad.
Desde el desconocimiento de la voluntad mayoritaria del pueblo soberano expresada en el plebiscito de 2016, cuando se rechazó un acuerdo que los gobiernos de Santos y Duque se han empeñado en implementar no obstante su carencia de validez, el país marcha sin rumbo. Si el pueblo soberano no manda en un país democrático, entonces ¿Quién diablos manda?
Colombia requiere un remezón en todas sus estructuras. Si seguimos como vamos, terminaremos disputando los primeros niveles de miseria, corrupción y violencia con Venezuela o Nicaragua. Reunámonos en una gran alianza contra el narco-comunismo, las prácticas corruptas, la falta de justicia y la inseguridad que nos asfixian. Hagamos de Colombia una gran potencia económica en vez de seguir aumentando la tributación para ahuyentar las inversiones y empobrecer aún más a la clase media.
ALIANZA RECONSTRUCIÓN COLOMBIA nos brinda la esperanza. Llevemos los mejores ciudadanos a los puestos de responsabilidad del Estado para, desde allí, aprobar las grandes reformas que nuestra sociedad reclama: “RECONSTRUCCIÓN O CATÁSTROFE”.
Luis Alfonso García Carmona, Tradición Viva, España, 11/04/2021.
(*) El autor es Presidente de Alianza Reconstrucción Colombia y candidato a la Presidencia de la República 2022-2026.
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