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¿Qué tal será Carrillo para la vida y la familia?

Escrito por Redacción R+F

Como se anticipaba al medio día de hoy fue elegido Fernando Carrillo, liberal, como nuevo Procurador General de la República para el período 2017-2021, gracias una votación abrumadora de 192 votos, 3 en blanco y ninguno para los otros dos candidatos.

Después de 8 años extraordinarios de un Procurador íntegro, valiente y comprometido con el bien común y los derechos humanos fundamentales universales, incluso aquellos como la vida y la familia, que se convirtió en la conciencia moral de un país y un muro de contención para una élite embriagada con el relativismo moral y el individualismo suicida, ¿qué se puede esperar del nuevo procurador?

Lo primero que debe decirse es que se eligió al mejor de los tres candidatos. La Corte Suprema de Justicia había postulado en el ex vice fiscal Fernando Perdomo, a un activista de la ideología de género y del laicismo anti cristiano, que además emulaba en los excesos de poder a su mentor Eduardo Montealegre. Con él se habría podido esperar un triunfo contundente del feminismo abortista y el activismo homosexual desde la Procuraduría, utilizado para perseguir a gobernantes y funcionarios públicos como médicos y educadores, que se resistieran a la agenda del aborto, la eutanasia y la revolución sexual.

Algo similar habría podido decirse de la ternada por el Presidente Santos, María Mercede López, ex magistrada del Consejo Superior de la Judicatura, y quien hace cuatro años repitió candidatura frente a Alejandro Ordóñez, haciendo gran despliegue (a través de una vistosa página web seguramente pagada por el movimiento abortista) de su compromiso con el supuesto derecho de las mujeres a abortar y de los grupos lgtbi a redefinir a su imagen las leyes de familia.

En ese sentido podría hablarse de un triunfo. Entre otras cosas porque fue apoyado por los sectores conservadores del Congreso, que en buena hora desistieron de cometer la herejía de apoyar a una ultra liberal con disfraz de conservadora como López, y hasta donde se alcanza a advertir ese respaldo se consiguió a través de garantías de que su elección no significaría un giro ideológico radical en la Procuraduría.

Parte de tranquilidad

De hecho, uno de las primeras señales de paz en su discurso de triunfo ante el Senado fueron para su predecesor Alejandro Ordóñez, a quien, sin mencionarlo, dirigió estas reconfortantes palabras: “Tengo por principio de vida construir sobre lo edificado y no acudir a espejos retrovisores para justificar retaliaciones, sino mirar hacia el futuro sin pugnacidad ni apasionamientos”. Esto es muy importante, pues de los otros dos candidatos podría haberse esperado que llegarían a la Procuraduría para fabricar escándalos contra Ordóñez, provocando todo tipo de denuncias e investigaciones por corrupción (estilo Fiscal Montealegre), con el fin de entorpecer la candidatura presidencial del ex procurador y buscar la forma de inhabilitarlo jurídicamente.

A los padres de familia que se movilizaron contra la ideología de género, y en general al movimiento que defiende la vida y la familia, Carrillo también habría hecho su guiño al advertir que su compromiso “no es con la división ni con la polarización que tanto daño están haciendo a la democracia colombiana”, lo cual habría sido interpretado por la Revista Semana como un propuesta de construir “ese país más moderno que muchos anhelan, pero sin la necesidad de pasar por encima de esa mayoría tradicional que se ha hecho visible en los últimos meses”.

Aún más diciente fue su propuesta de conformación de un Consejo Asesor de la Sociedad Civil para representar el “interés general” de las minorías (¿?), en las que enumeró a las “mujeres, de víctimas, de adultos mayores, a las personas con discapacidad, indígenas, afrocolombianos”, y evitó mencionar explícitamente a los grupos de activistas LGTBI, algo que sin duda hubieran hecho López o Perdomo de haber sido elegidos en su lugar como cabeza del Ministerio Público.

Debemos estar alertas y tomar la iniciativa

Sin embargo, los defensores de la vida y la familia no pueden estar del todo tranquilos. El énfasis que hizo Carrillo en que su Procuraduría no sería vocera de radicalismos, y que daría garantías especialmente a las tendencias de pensamiento distintas de las mayoritarias, fueron un claro mensaje de respaldo a las élites liberales secularistas, que sintieron una gran frustración por la resistencia del Ministerio Público en su agenda de reingeniería social anti cristiana.

La disciplina de Carrillo en su discurso con el desdoblamiento innecesario de palabras como “niños y niñas”, “ciudadanos y ciudadanas”, “senadores y senadoras”, y la omisión de Dios en su discurso de agradecimiento, muestra como su verdadera religión parece ser la corrección política.

Pero ante todo Carrillo es ante todo un político pragmático que no será mártir de ninguna causa.

Si bien en 2012 se opuso al Referendo que impulsó el movimientos provida para restablecer la protección de la vida de los que están por nacer, en esta ocasión evitó mencionar la convocatoria de referendo de Viviane Morales, para garantizar la complementariedad sexual en la adopción, que los mismos senadores que hoy lo eligieron tendrán que discutir en algunos días.

Al parecer ha notado que el país, a través de la marcha de las cartillas y del triunfo del NO en el Plebiscito, es capaz de moverse en una dirección diferente al de sus élites.

Si esta tendencia se fortalece, es posible que la actual élite política colombiana sea reemplazada por una nueva que sea capaz de representar los valores éticos de nuestra cultura y nuestra sociedad. Si esto es así, con seguridad Carrillo no será quien se atraviese en ese proceso. Se acomodará a las nuevas realidades.

Así que debemos seguir moviéndonos en la defensa de la vida y la familia, de modo que esa renovación tenga lugar lo más pronto posible.

El Procurador Electo terminó su discurso invitando a los ciudadanos a que le remitan sus propuestas para la gestión de la entidad a la página web procuraduriaciudadana.com

De nosotros depende que esas propuestas sean la defensa de los derechos del que está por nacer, un tratamiento justo para la familia natural y representación para los padres de familia frente a las autoridades públicas en relación con sus facultades para elegir la educación religiosa y moral para sus hijos.

Fuentes: semana.com (cita e imagen).

Discurso íntegro de aceptación:

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