El cardenal Arthur Roche, líder de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, defendió las restricciones impuestas a la celebración de la Misa Tradicional Latina, implementadas desde julio de 2021 tanto por él como por el Papa Francisco. Roche argumentó que “la teología de la Iglesia ha cambiado” y que ahora no sólo el sacerdote celebra la liturgia, sino también los bautizados con él.
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El biógrafo papal Austen Ivereigh afirmó que aquellos devotos de la Misa Tradicional Latina se habían convertido en un movimiento que socavaba el Concilio Vaticano Segundo, y que las restricciones eran necesarias para devolver el control de la liturgia a los obispos.
Sin embargo, el experto en liturgia Matthew Hazell señaló que la afirmación del cardenal Roche no era cierta, y que la enseñanza de la Iglesia no había cambiado, citando la encíclica del Papa Pío XII de 1947, en la que se explicaba la enseñanza católica sobre la congregación que se une al sacerdote en la celebración de la Misa.
Ahora bien, es claro que los fieles ofrecen el sacrificio por las manos del sacerdote por el hecho de que el ministro en el altar, al ofrecer un sacrificio en nombre de todos sus miembros, representa a Cristo, la Cabeza del Cuerpo Místico. Por lo tanto, se puede decir con razón que toda la Iglesia ofrece la víctima por medio de Cristo.
– Matthew Hazell
Si bien los argumentos del “pueblo sacerdotal” han sido muy propuestos desde el Concilio Vaticano II, principalmente por aquellos que buscan erradicar la diferencia entre sacerdotes y laicos, Pío XII señaló claramente la diferencia en sus respectivas acciones:
Sin embargo, el hecho de que los fieles participen en el sacrificio eucarístico no significa que también ellos estén dotados de potestad sacerdotal. Es muy necesario que dejéis bien claro esto a vuestros rebaños…
Ahora bien, los fieles participan en la oblación, entendida en este sentido limitado, a su modo y de dos maneras, a saber, porque no sólo ofrecen el sacrificio por las manos del sacerdote, sino también, en cierta medida, en unión con él. Es en razón de esta participación que la ofrenda hecha por el pueblo se incluye también en el culto litúrgico….
Pero la conclusión de que el pueblo ofrece el sacrificio con el sacerdote mismo no se basa en el hecho de que, siendo miembros de la Iglesia no menos que el mismo sacerdote, realizan un rito litúrgico visible; porque este es privilegio sólo del ministro que ha sido divinamente designado para este oficio: más bien se basa en el hecho de que el pueblo une su corazón en alabanza, impetración, expiación y acción de gracias con oraciones o intención del sacerdote, incluso del Sumo Sacerdote mismo, para que en la misma ofrenda de la víctima y según un rito sacerdotal visible, sean presentados a Dios Padre. Es evidentemente necesario que el rito sacrificial externo signifique, por su propia naturaleza, el culto interno del corazón.
Pío XII también se basó en el Papa Inocencio III para señalar la enseñanza de la Iglesia en la ofrenda conjunta del sacrificio:
“No sólo —dice Inocencio III de inmortal memoria— ofrecen el sacrificio los sacerdotes, sino también todos los fieles: porque lo que el sacerdote hace personalmente en virtud de su ministerio, los fieles lo hacen colectivamente en virtud de su intención”.
Por lo tanto, la afirmación de Roche de que la teología ha cambiado no parece estar respaldada por la enseñanza de la Iglesia, tanto la de tiempos recientes como la de los papas de épocas antiguas. Su argumento de que el pueblo ahora se une al sacerdote para ofrecer el sacrificio corresponde en realidad a la enseñanza tradicional, sólo que con una cuidadosa diferenciación entre los diversos roles del sacerdote y del pueblo.
Frente a la errónea afirmación realizada por el prefecto de la Liturgia Divina, dice precisamente el Padre Vierling:
Escandalosamente incorrecto. La Iglesia ha enseñado siempre que siendo Cristo la Cabeza del Cuerpo Místico del que somos miembros los bautizados, se sigue que cuando ofrece el Sacrificio por el oficio de sus sacerdotes, todos los fieles lo ofrecen con Él. Además, en muy pocas de las oraciones de la Misa el sacerdote celebrante ora por sí mismo o habla en su propio nombre. Es más bien en nombre de todos los fieles a quienes representa oficialmente, que el sacerdote habla a Dios y ofrece el Sacrificio Eucarístico: “Orad, hermanos, para que MI sacrificio y el VUESTRO sea agradable a Dios, Padre todopoderoso”. La teología de la Misa definitivamente no ha cambiado.
Outrageously incorrect. The Church has always taught that since Christ is the Head of the Mystical Body of which we—the baptized—are members, it follows that when He offers the Sacrifice through the office of His priests, all the faithful offer it with Him. Moreover, in very few… pic.twitter.com/agsYcDVTUY
— Father V (@father_rmv) March 20, 2023
From Tanquerey’s ‘Doctrine and Devotion’, 1933 (another book that begs for reprinting!): pic.twitter.com/jV5MBeu1bw
— Father V (@father_rmv) March 20, 2023
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