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¿Podría la renuncia de Duque salvar a la derecha en Colombia?

Escrito por Redacción R+F

El próximo 21 de noviembre está programada una marcha nacional convocada por la izquierda, para pedir la renuncia del presidente Duque.

La mayoría de motivos son falsos y responden a la predecible estrategia de la izquierda de intentar desestabilizar al país, a través de la manipulación de la opinión pública y aprovechando el gran poder de movilización que tienen gracias al dominio de la educación pública y el poder de los sindicatos en el país.

Sin embargo, tal vez los únicos que estarían realmente legitimados para pedir la renuncia del presidente Duque son los electores derecha: las bases del Centro Democrático y del NO al los acuerdos de La Habana,  quienes podrían ver su suerte cambiar si el gobierno pasará a manos de Marta Lucía Ramírez.

El desgobierno de Duque

Posiblemente, los únicos que anticipaban un gobierno tan desastroso como el de Duque fueron los de la oposición, pues como se vio en las elecciones regionales pasadas, buena parte de las bases del Centro Democrático abandonaron a su partido a causa del #EfectoDuque.

Cómo lo dijo Rafael Nieto en su columna de “El Parche del Capuchino”, las dos principales causas del declive del Centro Democrático son la “impopularidad del gobierno” y la “erosión en la imagen del presidente Uribe”, en buena medida por haber impulsado la decepcionante presidencia de Duque.

Cada tanto se nota en salidas que dejan desconcertada a su bancada. La decisión reciente sobre el aborto, que ofendió a los cristianos del uribismo, es solo una de tantas.

Gustavo Duncan

Gustavo Duncan, otro periodista derecha, también señala (“Traición no, decepción” como Duque parece incómodo con el Centro Democrático debido a las diferencias ideológicas que mantiene con el partido, y plantea que ese vacío de liderazgo representa un enorme riesgo, favoreciendo a todo tipo de fuerzas disruptivas, que podrían sacar ventaja de la situación.

¿#ChaoDuqueHolaMartaLucía?

Así como van las cosas y viendo que Duque finalmente no enderezó el camino (como suplicaba Uribe), el electorado de centro-derecha pareciera resignarse a un inminente gobierno de izquierda, muy probablemente en manos de Sergio Fajardo.

Pero si Duque se diera cuenta que su permanencia en el gobierno le hace más daño al país que su salida, y que ni siquiera su propio partido lo respalda con convicción en un momento de crisis, podría tomar acaso la única decisión de Gobierno que uniría al país en una verdadera celebración: su renuncia.

En su ausencia el turno de le tocaría a Marta Lucía Ramírez, quien tendría una oportunidad para relanzar el gobierno, llegar a acuerdos con los principales partidos que le permitan tener gobernabilidad e implementar una agenda ambiciosa y sensata, que le dé un nuevo aire a la centroderecha y la ponga en condiciones de pelear las presidenciales de 2022.

Nadie quiere por supuesto un nivel de agitación ni de desestabilización al estilo de Chile en Colombia.

Pero si la derecha se une desde el primer momento a los clamores por la renuncia del primer mandatario, hasta el punto que ni Uribe ni el Centro Democrático se sientan con la fuerza suficiente para seguirlo respaldando, el país que aspira a un gobierno estable, enfocado en la seguridad, la justicia y una buena gestión económica, podría tener una segunda oportunidad.

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