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La condena de la Iglesia a la anticoncepción ‘ciertamente’ infalible, le dice John Finnis a la Academia Pontificia para la Vida

La enseñanza infalible de la Iglesia contra la anticoncepción es una ‘verdadera certeza’, le dice John Finnis a la Academia Pontificia para la Vida
Escrito por Redacción R+F

Uno de las principales autoridades mundiales en materia de ley natural ha hecho una defensa de la infalibilidad de la enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción, diciendo que todos los católicos siempre deben considerarla como una “verdadera certeza”, aunque “la unidad episcopal que garantizó que el juicio como irreversible se ha hecho añicos posteriormente”.  

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En una conferencia de teólogos y juristas católicos en Roma el mes pasado, John Finnis, profesor emérito de derecho y filosofía jurídica en la Universidad de Oxford, declaró que la doctrina de la Iglesia sobre la anticoncepción cumple con los cuatro criterios de infalibilidad, a pesar de no estar formalmente definida.

Después de 1968, sin embargo, surgió un “nuevo paradigma” que parecía justificar la disidencia de esta enseñanza. Esto causó una falta de acuerdo entre los obispos sobre el estado infalible de la doctrina, que Finnis dijo que es una preocupación para ellos y las sedes que gobiernan, pero no disminuye la verdad de la enseñanza.

El comentario de Finnis es una respuesta al texto de la Pontificia Academia para la Vida, publicado el año pasado, que plantea que los católicos pueden recurrir al uso de anticonceptivos en determinadas circunstancias. El presidente de la academia, el arzobispo Vincenzo Paglia, lo llamó un “cambio de paradigma” en la teología moral. Nueve expertos internacionales escribieron una carta abierta señalando los graves errores en los que incurre el libro.

El Magisterio de la Iglesia siempre ha enseñado que el uso de anticonceptivos es incorrecto, una enseñanza que fue reafirmada en la histórica encíclica Humanae Vitae de San Pablo VI de 1968. El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que es intrínsecamente mala toda acción que, “sea en anticipación del acto conyugal, sea en su realización, sea en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, sea como fin o como medio, hacer imposible la procreación (2370).”

Incluso el teólogo progresista alemán, el jesuita Karl Rahner, “reconoció sin rodeos” “inmoralidad de la anticoncepción de las relaciones conyugales” antes del Concilio Vaticano II

En su charla, titulada “La infalibilidad de la enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción”, Finnis argumentó que las propias declaraciones del Vaticano II sobre la anticoncepción confirmaron que es una enseñanza que “cualquier católico debe sostener de manera definitiva, es decir, como un elemento inseparable e irreversible en la adhesión a la verdadera fe católica”.

Para respaldar su argumento, Finnis señaló el trabajo de dos profesores distinguidos de teología moral estadounidenses: el padre jesuita John Ford y el filósofo laico Germain Grisez, quienes conjuntamente en 1978, “demostraron con precisión” que “todas las cuatro condiciones para la enseñanza infalible” en esta área “están ciertamente cumplidas”.

Estos son que los obispos, siempre que estén en comunión entre sí y con el Papa, proclaman infaliblemente la enseñanza de Cristo cuando:

  • “[i] enseñando con autoridad
  • [ii] cuestiones de fe y moral,
  • [iii] concuerdan en un juicio
  • [iv ] de modo que se establezca de forma definitiva”, resumió Finnis.

Finnis explicó cómo Ford y Grisez enumeraron “seis tipos de evidencia” que confirman la infalibilidad de la enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción. La evidencia incluía la larga historia de oposición a la anticoncepción de los obispos, los santos, los doctores de la Iglesia y los teólogos morales; la penalización por parte del derecho canónico del “crimen moral” de la anticoncepción artificial desde el siglo XIII hasta 1917; y la “ausencia de cualquier reacción negativa significativa” dentro de la Iglesia a las declaraciones en las que Pío XI y luego Pío XII reafirmaron con autoridad la enseñanza contra la anticoncepción como constante “desde el principio” e inmutable.

En cuanto a si se cumple la cuarta condición establecida en Lumen Gentium, que la enseñanza de la Iglesia en esta área debe mantenerse definitivamente, Finnis señaló la referencia de Ford y Grisez al hecho de que la enseñanza de que la esterilización intencional de las relaciones sexuales es una “cuestión de pecado mortal” que “pone en peligro la salvación” ha sido siempre considerada como una “parte recibida y cierta” de la enseñanza moral de la Iglesia.

Y, cuando fue cuestionada, se “insistió en que era verdadera, cierta e integral de la creencia católica” y “no solo como requerida por la razón humana (‘naturaleza’)”, sino también como “revelada, una tesis que, independientemente de su corrección, implicaba que la enseñanza debía llevarse a cabo definitivamente”.

El ataque teológico contra la tesis de Ford-Grisez, continuó Finnis, provino del “nuevo paradigma” de disidencia que se desarrolló en las décadas posteriores a 1968, y que Juan Pablo II condenó en su encíclica Veritatis Splendor de 1993. Esa encíclica no abordó la cuestión de la infalibilidad, pero señaló la “Instrucción sobre la vocación eclesial del teólogo” de 1990, firmada por el cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Ese documento de la CDF, que hace referencia a “enseñanzas morales que per se podrían conocer por la razón natural”, había declarado que “es una doctrina de fe que estas normas morales pueden ser enseñadas de manera infalible por el Magisterio”.

El profesor Finnis también defendió la autenticidad de la enseñanza sobre la anticoncepción, independientemente de su infalibilidad. Argumentó que la “tradición apostólica que transmite las enseñanzas de Cristo” sobre el sexo y el matrimonio “constituyen una unidad revelada de doctrina en desarrollo y desarrollada” que se centra en las proposiciones de que “el sexo es exclusivo para el matrimonio”. Además, “dentro del matrimonio, está reservado a actos que en su culminación son auténticamente expresivos – sin una separación deliberada – de cada uno de los dos bienes esenciales del matrimonio: proles y fides, descendencia y compromiso matrimonial”.

Fuente: John Finnis to Pontifical Academy for Life: Church’s Infallible Teaching Against Contraception Is ‘Certainly True’

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