De las personas más cercanas a Marta Lucía Ramírez es la actual Secretaria de la Mujer de la Alcaldía de Bogotá, Cristina Vélez Valencia, una joven y brillante historiadora de la Universidad de Los Andes, hija de los dueños de Comapán y nieta del fundador del Grupo Sanford (Plantas de Propileno y PVC). Comenzó trabajando para Ramírez y Orozco International Strategy Consultants, la firma consultora que la candidata pastranista montó al salir del Ministerio de Defensa, y justo cuando la Corte Constitucional despenalizó el aborto en Colombia y Marta Lucía era senadora del Partido de la U (2006), Cristina fue su asesora y se dedicó a trabajar en proyectos sobre “los derechos de las mujeres”.
La Alianza del Partido Conservador con la campaña de Enrique Peñalosa en 2015, le permitió a Marta Lucía asegurarle a Cristina Vélez un cargo en el gabinete de la Alcaldía de Bogotá, la Secretaría Distrital para la Mujer (ver), con el fin de ejecutar la “política especial para la mujer y la familia”, uno de los ejes del acuerdo programático que Ramírez hizo con Peñalosa para apoyarlo (ver).
Desde dicho cargo Cristina podría poner en práctica en la ciudad más importante del país, la agenda ideológico que desde su adolescencia había soñado con implementar: la de Profamilia.
Según ella misma relató a la revista de la Universidad de Los Andes 070, cuando estaba en el colegio y soñaba con “salvar pingüinos y delfines”, Cristina conoció a Ángela Gómez de Mogollón (la mamá de un compañero de su colegio y quien durante 30 años fue la presidente de Profamilia, además de ocupar varios cargos directivos en su casa matriz: IPPF – International Planned Parenthood Federation), lo cual le significó un giro definitivo en su proyecto de vida.
La cabeza de Profamilia “Era mi ídolo y ha sido mi ejemplo a seguir”, declaró Vélez a 070, y fue ella quien le permitió descubrir su verdadera pasión: el intentar cambiar los estereotipos de género, así como la promoción de la anticoncepción y del aborto con el fin de hacer verdaderamente “libres” a las mujeres.
Sus aspiraciones se vieron cristalizadas en buena medida cuando en 2009 Cristina Vélez fue nombrada miembro de la Asamblea General de Profamilia, órgano soberano de la organización, del cual hoy hacen parte líderes abortistas como Mónica Roa.
Por sus declaraciones públicas en materia política está claro que es una de las principales líderes e influenciadoras de la agenda de Profamilia en la política nacional, y dada su juventud y preparación intelectual con seguridad será una de las figuras del movimiento aborto-gay en el futuro:
Pero la conexión de Marta Lucía Ramírez con Cristina Vélez va más allá: su novio de toda la vida, padre de sus dos hijas y desde hace 12 años su compañero permanente, Alejandro Salas Pretelt, es también uno de los hombres fuertes del círculo político de Marta Lucía Ramírez.
En efecto, a raíz de la alianza de los conservadores con la campaña de Peñalosa, en 2015 el Partido Conservador le pagó al compañero de Cristina Vélez 184 millones de pesos a través de la “contratación con Providencia Investments SAS, representado legalmente por Alejandro Salas Pretelt, asesor de la doctora Marta Lucía Ramírez”, según un comunicado oficial del Partido Conservador que fue dado a conocer en medio del malestar que generó en la casa azul el reclamo que Ramírez hizo sobre el manejo de dineros, cuando presentó su renuncia a dicha colectividad (ver).
Ya desde 2010 Salas se había convertido en asesor programático y de comunicaciones para la campaña presidencial de Marta Lucía (cuando fue derrotada en la consulta conservadora por Noemí Sanín), al tiempo que ejercía como representante de la firma de votaciones electrónicas Smartmatic que tantas suspicacias despierta hoy por su polémica experiencia en Venezuela en la votación de la Constituyente (ver, ver, ver, ver y ver).
Por esa época Cristina Vélez publicó en Twitter lo que seguramente era el resultado del trabajo de asesoría suyo y de su novio en la posición de Marta Lucía sobre el aborto:
Al año siguiente, mientras se tramitaba en el Congreso el Acto Legislativo para restablecer en la Constitución la protección plena de la vida humana en gestación, la que al parecer se convertiría en la “maestra” de Marta Lucía Ramírez en temas de vida y familia trinaba unas posiciones que hoy parecen ser el eje del programa de la candidata pastranista en la materia:
Además, si Cristina Vélez es la persona que Marta Lucía designó precisamente para ejecutar su visión política en temas de Vida, Mujer y Familia para el Gobierno Distrital de Peñalosa, no queda duda del grado de activismo progresista que un gobierno suyo tendría, en caso de que llegara a ser Presidente de Colombia:
Es tal el radicalismo progresista de estos asesores programáticos de Marta Lucía Ramírez, que desde su cargo en la Secretaría de la Mujer, Cristina Vélez capitalizó políticamente la masacre de la discoteca Pulse de Orlando a través de un comunicado, en el cual prácticamente responsabilizó de las 50 muertes a quienes no están de acuerdo con la adopción homosexual, algo que termina afianzando la violencia y la exclusión de la opinión pública frente a personas como Ordóñez y otros líderes profamilia:
“Los discursos de odio, las afirmaciones infundadas que ponen en tela de juicio la capacidad de las personas homosexuales por ejemplo para cuidar o tener a sus hijas e hijos, y las afirmaciones temerarias constituyen el caldo de cultivo que alimenta la concreción de actos violentos como el que hoy lamentamos”, afirmó la página web de la Secretaría Distrital de la Mujer dirigida por Vélez.
Es importante tener en cuenta que, de acuerdo con el FBI la masacre de la discoteca Pulse no estuvo motivada por odio a quienes se identifican como homosexuales, sino que fue cometido por un musulmán americano de origen Afgano, Omar Mateen, como un acto de terrorismo del Estado Islámico. Además, Mateen era reconocido por familiares y amigos por llevar una vida homosexual activa (ver).
Imagen principal: Montaje de razonmasfe.com