El encuentro Wonder, organizado por el Instituto Word on Fire y dirigido por el obispo de Winona-Rochester, Robert Barron, se celebró en Grapevine, Texas, los días 13 y 14 de enero. El evento, al que asistieron alrededor de mil personas, tiene como objetivo discutir sobre ciencia y fe. Entre los participantes se encontraba la astrofísica Karin Öberg, profesora de astronomía y directora de estudios de grado en la Universidad de Harvard, quien en su intervención afirmó que las maravillas del Universo deberían hacernos reflexionar no solo sobre ellas mismas o las verdades que revelan, sino también sobre su fuente y Creador último.
Öberg, quien se convirtió al catolicismo en 2012, afirmó que su trabajo como científica le permite darse cuenta de que vivimos en un universo que tiene un principio, un punto intermedio y un final. Añadió que la creencia en Dios no solo no es un obstáculo para la investigación científica, sino una ayuda, ya que proporciona un fundamento seguro.
“Debemos confiar plenamente en que una filosofía verdadera y una religión verdadera facilitan el conocimiento científico”, añadió.
– Karin Öberg
“No puedo dejar de preguntarme”, dijo, “si la razón de que fuese él, en vez de algunos de los otros brillantes científicos que le rodeaban, quien tuviese esa idea, no tiene algo que ver con su catolicismo. Porque él ya sabía, por la fe, que el Universo había tenido un comienzo. Y creo que esa es la razón por la cual a muchos ateos les preocupaba la formulación de la teoría del Big Bang”.
“Hay muchas cuestiones sobre el universo que podemos plantearnos pero no son científicos, como qué es lo que hace que el arte sea bello”. Está muy difundida la idea, dijo, de que “solo puedes saber si algo es verdadero si lo demuestras científicamente”, pero en realidad hay muchas formas de llegar a la verdad “y la ciencia solo es una de ellas”.
La astrofísica también destacó que numerosos científicos se han guiado en sus investigaciones por la fe, como el sacerdote Georges Lemaître, quien propuso la teoría del Big Bang. Además, recordó que el método científico tiene sus límites y que hay muchas formas de llegar a la verdad, no solo la ciencia.
Es importante recordar que el 60% de los estudiantes universitarios católicos abandonan la fe durante sus estudios universitarios.
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