A pesar del matoneo recibido en redes sociales por el movimiento Trans, y los intentos de boycott de su próximo libro, Rowling no parece dispuesta a agachar la cabeza ante los fiscales de la ideología de género.
Luego de publicar un ensayo para aclarar su posición, en el que muestra sus simpatías con la causa homosexual, denunció los peligros de la tendencia de medicalizar a los jóvenes, haciendoles cirugías y supresores hormonales, para lograr un supuesto «cambio de sexo»:
“Muchos profesionales de la salud están preocupados por jóvenes que luchan con su salud mental, y terminan siendo desviados hacia las hormonas y la cirugía, cuando no es lo que les conviene.
Muchos, incluida yo misma, creemos que estamos viendo un nuevo tipo de terapia de conversión para jóvenes homosexuales, que termina en un camino de medicalización de por vida, y que puede resultar en la pérdida de su fertilidad y / o función sexual completa «.
Para respaldar esto, tuiteó una investigación reciente de la BBC en la Clínica Tavistock, en la muchos ex empleados confesaban sus preocupaciones con sus procedimientos.
La controversia generada por la afamada escritora, quien se identifica como una mujer progresista, afín al feminismo, a la revolución sexual y al movimiento gay, deja en evidencia el carácter autodestructivo de la «ideología de género», que ha medida que logra un mayor posicionamiento comienza a promover actitudes violentas ante la más pequeña disidencia.
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