En Estados Unidos abundan los políticos abortistas que presumen descaradamente de su fe católica.
El último escándalo lo está generando el gobernador de New Jersey, Phil Murphy, quien ha recibido una lluvia de críticas por violar los fundamentos éticos de la Iglesia Católica en relación con el respeto por la vida humana.
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“Un buen católico”
Pero el Gobernador ha insistido en que su posición es compatible con la fe católica, gracias a la asistencia de un jesuita que, según sus propias declaraciones “nunca invoca el nombre de Jesús cuando hace oración”, salvo en misa, para no ofender a quienes no sean cristianos.
Según Murphy, habló con el padre Patrick J. Conroy sobre el dilema de ser abortista y al mismo tiempo católico:
“…cito al Padre Conroy, ‘Un buen católico en nuestro sistema jurídico puede decir que, ya que las mujeres tienen este derecho constitucional, nuestra tarea como hermanos cristianos o como católicos es hacer posible que ella optimice su capacidad para tomar decisiones’”.
En declaraciones a LifeNews el padre Frank Pavone de “Sacerdotes por la Vida” dijo que Murphy no puede reconciliar su fe católica con la violencia del aborto:
“La racionalización del gobernador Murphy, como la del p. Conroy, consiste en llamar a un acto de violencia un “valor”, convierte el derramamiento de sangre en una cuestión de “creencias” y sustituye la protección que debemos dar a nuestros hijos con una “alternativa”. No, no “depende de nosotros” decidir si está bien o no matar a un bebé. Murphy, Biden, Pelosi, Conroy y muchos otros como ellos hablan como si no fuera evidente que no debes matar bebés ni dejar que otros lo hagan. No hay nada mas que discutir. Es evidente. Ninguna referencia a los “valores”, la “fe” ni a Tomás de Aquino puede corregir el error garrafal de tolerar semejante acto. No se construye la fe sobre la violencia”.
El grupo pro-vida American Life League declaró que Murphy está violando las enseñanzas de la Iglesia Católica y pidió a los sacerdotes de la Diócesis que le nieguen la comunión.
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