Si quieres recibir noticias de actualidad sobre la Cultura de la Vida, te invitamos a seguirnos en nuestro CANAL DE TELEGRAM haciendo clic AQUÍ.
El presentador americano Tucker Carlson recientemente entrevistó a una joven de 23 años, víctima del activismo TRANS, quien dejó en evidencia los peligros que la ideología de género supone en el ambiente escolar.
Helena Kerschner tuvo una infancia difícil y llena de inseguridades. A los 7 años tuvo su primera depresión debido a la pérdida de un familiar.
A los 13 años su depresión se agudizó. Su madre era una exmodelo que trabajaba para una revista de moda, situando a la adolescente en un ambiente que la hacía sentir fea e inadaptada, llegando a desarrollar un trastorno alimenticio.
En su colegio sufrió acoso y no tenía amigas.
Su refugio fue una comunidad en la red social Tumblr. Dedicaba todo su tiempo libre a conversaciones en línea.
No tenía ningún interés chicos ni la moda. Prefería los libros y el rock and roll de los años 50.
Creyó de que si no tenía los mismos gustos de las chicas de su edad era porque no era una chica. En la comunidad de Tumbrl le reforzaron esa idea.
Cuando Helena le contó a su madre que es trans y su madre no podía creerlo.
Entonces Helena se dirigió a su orientado pedagógico del colegio, quien le dijo que su madre es tránsfoba.
La administración escolar decidió darle un nuevo nombre masculino y pide a la comunidad que se dirijan a ella con pronombres masculinos, sin que sus padres lo supieran.
En cuanto cumplió los 18 años, Helena se presentó en una clínica de «cambio de sexo», en donde recibió órdenes médicas para inyecciones de testosterona.
Es entonces cuando Helena se fue a la universidad en otra ciudad, sin que sus padres supieran del tratamiento hormonal.
Helena empieza a sufrir unos accesos incontrolables de rabia, combinados con unos momentos de depresión tan grandes que casi no puede salir de la cama. Al cabo de un año abandona sus estudios.
Se trasladó a Chicago con Jamie, su novio, otro chico trans, y comenzó a tomar empleos basura. Trabaja en gasolineras o en supermercados 24 horas y eligía siempre los turnos de noche para no tener que tratar con clientes.
Finalmente tuvo un episodio psicótico y la internaron en una institución psiquiátrica. Ahí le diagnosticaron Trastorno Límite de Personalidad, sin que nadie contemplara la posibilidad de que el problema estuviera relacionado con las inyecciones de testosterona.
Es la propia Helena la que comenzó a sospecharlo cuando leyó el prospecto de las inyecciones.
Helena «detransicionó» (recuperó su verdadera identidad sexual) hace dos años, junto con Jamie.
Poco después ayudó a fundar una organización sin ánimo de lucro (Pique Resilience Project) para personas en situaciones similares (detransicionados).
Ya no sufre de depresión y los médicos reconocen que el diagnóstico de Trastorno Límite de Personalidad fue erróneo.
Con el tiempo fue descubrió que había firmado un consentimiento en el que se le advertía de este tipo de reacciones a la testosterona…pero con 18 años no era consciente de los riesgos a los que se exponía.
En algunos casos las reacciones son muchísimo más agudas que las de Helena.
Muchos padres le han expresado su gratitud por abrirles los ojos a lo que está pasando en los colegios, al tolerar a su interior el activismo homosexual.
Pero también ha recibido ataques de la «comunidad trans» que describe como una secta.
Helena participó en el documental «TransMission» (sólo disponible en inglés):
Para apoyar el trabajo de R+F puedes hacer un aporte único o periódico con cualquier tarjeta débito o crédito: