De acuerdo con una edición de la revista Semana en 1999, esta es la historia del alias de Garzón, quien era conocido como Heidi en el mundo guerrillero:
Corría el año de 1978, acababa de cumplir 18 años y en la Nacional hizo contacto con un guerrillero del ELN. Garzón pensó entonces que la solución podría estar en el monte y se incorporó al frente José Solano Sepúlveda. Pocos días después llegó al sur de Bolívar, a la Serranía de San Lucas. Su destreza para el manejo de las armas era nula.
Su desempeño como estratega militar, un desastre. Entonces Garzón se convirtió en una especie de inocente y despistado trovador guerrillero. Una noche, viendo televisión en un cambuche en compañía de Gabino, pasó la serie infantil Heidi. Jaime empezó a cantar «abuelito dime tú…». El jefe guerrillero se quedó mirándolo y le dijo: «…lo que pasa con usted es que se cree la niña de los montes».
Desde ese instante su nombre de combate fue Heidi. Nunca participó en operaciones militares y la misión más importante que cumplió fue cuidar el dinero del grupo. La plata estaba enterrada y su trabajo consistía en sacarla a asolear dos veces al día para evitar que los billetes se pudrieran por la humedad.
Hasta su último día, Garzón presumía de ser un mediador de buena fe con la guerrilla, para lograr la libertad de los secuestrados, al estilo de Piedad Córdoba.
Aunque según el expediente que se adelanta por su muerte, el exsubdirector del DAS, José Miguel Narváez, le habría informado a Carlos Castaño, jefe de los paramilitares, «que Jaime Garzón no solo es facilitador de secuestros sino que hace parte de la estructura de las Farc, inclusive llega con una foto, en la cual Garzón esta con un fiyak o sea con una chaqueta camuflada, en una zona del Sumapaz«.
De ahí que los paramilitares tuvieron razones para pensar que él seguía beneficiándose del negocio del secuestro, además de ser un auxiliador a las causas guerrilleras desde una posición de gran influencia social.
Como decía la periodista Darcy Quinn, Garzón no era ningún santo y tenía muchos demonios.