En una entrevista realizada por Jordi Évole del canal español La Sexta, en un programa dedicado al coronavirus, el Papa Francisco explicó que seguía trabajando normalmente y cumpliendo con la cuarentena.
Frente a la pregunta sobre si la pandemia podía considerarse como una cuenta de cobro que “la naturaleza” le está pasando a los humanos, el Papa respondió:
“Dios perdona siempre. Nosotros perdonamos de vez en cuando. La naturaleza no perdona nunca. Los incendios, los terremotos… la naturaleza está pataleando para que nos hagamos cargo del cuidado de la naturaleza”
Papa Francisco
También le preguntaron si había dudado de la existencia de Dios, a lo que el Papa respondió afirmativamente, diciendo que nadie estaba exento de dudas existenciales, pero aclaró que en este momento no las tiene, aunque en varios momentos de su vida ha tenido crisis de fe que se han resuelto por la gracia de Dios.
Ante la pregunta sobre si @Pontifex ha dudado de la existencia de Dios, el Papa responde que sí. Y ante la situación generada por el coronavirus es “evidente” que cualquiera podría tener esas dudas. pic.twitter.com/GdIt6DpW1T
— Razón + Fe (@razonmasfe) March 24, 2020
¿La venganza de la Pachamama?
Con estas declaraciones el Papa Francisco hace eco de las afirmaciones del exsacerdote Leonardo Boff, quien dijo recientemente en un artículo muy difundido que el Coronavirus y otras enfermedades son “una represalia de Gaia por las ofensas que le infligimos continuamente” con la contaminación, e hizo una referencia al libro del británico James Lovelock “La venganza de La Tierra” (Planeta 2006), cuya tesis principal es que la “Tierra” es un súper organismo vivo que se autorregula, y para el cual la reproducción humana es un amenaza.
Los “santos” ateos que admira el Papa
El Papa también aprovechó la entrevista para hacer comentarios sobre quienes se creen preferidos “por los dioses” o por la sociedad, denunció el racismo del que habría sido testigo en medio de la crisis por el coronavirus, expresó su admiración por los ateos, los agnósticos y por quienes “viven la fe a su manera”, pero que son generosos en el servicio a la sociedad, a quienes calificó como “los santos de la puerta de al lado“.
Finalmente, dijo que tenía mucha esperanza en los hombres, en las mujeres, en la humanidad y en los pueblos.