Un grupo de feministas pintarrajeó este lunes las graderías de la Basílica María Auxiliadora en la ciudad de La Paz (Bolivia) e hirió a una mujer que defendía el templo. También llenó de grafitis una peluquería, arruinando el negocio de otra mujer y su esposo en plena crisis económica de la pandemia.
Este 8 de marzo, a las 16:00 Hrs en La Paz, las feministas conformaron una marcha que salió desde la Curva de Holguín hacia la Basílica Menor María Auxiliadora en la zona de El Prado. En la iglesia las esperaba un grupo de jóvenes católicos llamados Caballeros Cruzados, quienes realizaban una vigilia pacífica para evitar desmanes.
Una vez frente a la iglesia y conforme pasaban los minutos, las pro aborto aumentaban el desorden con gritos y saltos, y pintarrajearon las graderías del atrio de la Basílica con frases contra la Iglesia. Detrás de las mujeres, algunos hombres escupían a los jóvenes que defendían el templo mientras les gritaban: «¡Pedófilos!». Además, las feministas agredieron con un codazo en el estómago a una mujer miembro de los Caballeros.
Entre los asistentes a la marcha se encontraba Eduardo Lohnhoff Bruno, simpatizante comunista del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido de Evo Morales y creador de redes indigenistas de propaganda. También se veía wiphalas (banderas indigenistas) en el tumulto, a pesar de que varias de sus militantes son blancas y de clase alta.
No obstante los desmanes, los jóvenes católicos lograron su objetivo: evitar que la fachada del templo sea pintarrajeada y que el interior sea profanado. Una vez recuperada, la mujer agredida señaló las incoherencias en el movimiento feminista: «Ellos hablan de libertad, hablan de tolerancia, pero vandalizan y atropellan nuestra fe, a pesar de que la Constitución Política del Estado garantiza el derecho y el ejercicio de todos los credos sin atropellos».
A pesar de eso, otras zonas de la ciudad recibieron más vandalismo: el monumento a Cristóbal Colón, el de San Juan Bosco y el de Antonio José de Sucre. Sin embargo, la peor parte se la llevó la peluquería de una mujer y su esposo. El negocio se llama ‘Douglas, estilista’, y recibió grafitis que acusaban al hombre de violador y le deseaban la muerte.
Otro grupo feminista llamado A.M.I.G.A.S., que sentó presencia cerca del lugar, condenó la violencia pro aborto. Su líder señaló: «Estamos totalmente en contra de que agrupaciones como ellas representen a las mujeres; no nos sentimos identificadas con este tipo de agrupaciones que generen ese tipo de violencia, daño al ornato de la ciudad, manipulación, quemar el medioambiente».