En los últimos días circula en redes sociales una invitación a supuestos electores antipetristas para votar por Carlos Caicedo, supuestamente para sacar a Gustavo Petro de la carrera presidencial.
Sin embargo, una estrategia de ese estilo lo único que lograría es fortalecer la campaña de Petro, política y financieramente.
En la consulta de la izquierda entre Gustavo Petro y Carlos Caicedo, las posibilidades de que el ex alcalde cartagenero derrote al exguerrillero del M-19 son mínimas. Si la izquierda (Polo, Verdes, Liberales, FARC) vota en masa por la consulta Petro-Caicedo, al final del día la votación total podría estar alrededor de los 2 millones de votos. Según las encuestas, que son poco creíbles, Petro tiene un 90% de los votos y Caicedo un 5%. Pero por más descachadas que estén las encuestas no es mucho lo que puede cambiar el resultado en este caso.
En ese escenario, para derrotar a Petro serían necesarios otros 2 millones de votos antipetristas y anti-izquierda. Si eso llegara a suceder, la consulta de izquierda terminaría sumando aproximadamente unos 4 millones de votos. Suficientes para pelear o sobrepasar los resultados de la consulta de la derecha (conservadores, uribistas, vargaslleristas, derecha religiosa), que en el mejor de los casos estaría sumando entre 3 y 4 millones de votos. Eso impulsaría a Petro políticamente.
Pero hay más. Por cada voto el Estado pagará a los candidatos 5.000 pesos por «reposición de votos». Es decir, que si la consulta de izquierda lograra sumar 2 millones de votos necesarios para derrotar a Petro, le sumarían a su consulta unos 10.0000 millones de pesos adicionales para hacer campaña hasta la primera vuelta.
Y lo peor de todo, en el hipotético caso de que llegara a ganar Caicedo (es más probable que los senadores se bajen el sueldo por voluntad propia o que Santos cuente lo que sabe de Odebrecht), pues Petro no saldría de la campaña, sino que sería fórmula vicepresidencial de Carlos Caicedo, que es algo así como que Uribe fuera la fórmula vicepresidencial de Paloma Valencia.
Conclusión, una estrategia antipetrista tan absurda sólo se le podría ocurrir a un petrista…