«Yo creo en Dios, a menudo le hablo en el silencio de mi casa. Y no estoy muy seguro de que Él desee para mí la exposición a una enfermedad letal», escribe en su columna de opinión Ernesto Cortés, Editor Jefe de El Tiempo.
Asegura que las iglesias son focos de difusión del coronavirus, pero en lugar de citar estudios científicos para soportar su posición, cita información anecdótica del New York Times, otro medio de comunicación igual o más sesgado contra la fe cristiana que El Tiempo.
Cortés manipula la cifra que presenta el diario, según la cual se identificaron «650 casos desde que se inició la pandemia» (More than 650 coronavirus cases have been linked to nearly 40 churches and religious events across the United States since the beginning of the pandemic, with many of them erupting over the last month), para afirmar algo totalmente diferente:
«…cuando el Gobierno de EE. UU. autorizó reabrir templos, iglesias, mezquitas y demás, enfrentaron 650 nuevos casos de covid-19», Ernesto Cortés.
La pandemia en Estados Unidos inició en febrero, y es en ese lapso de tiempo en el que se han producido 650 casos.
La autorización para abrir templos es en cambio muy reciente, de la primera semana de junio, de modo que los contagios se dieron en un período de tiempo casi 5 veces mayor al que señala el periodista.
Cortés también oculta que en esos 650 casos de contagio se incluyen los originados al contravenir medidas de bioseguridad, como el caso de un pastor que pidió a sus congregantes que se abrazaran, y otros que nada tienen que ver con celebraciones religiosas, como el de una adolescente que murió luego de hacer una fiesta con los compañeros de la iglesia a la que asistía.
Si además se pone la cifra en perspectiva, se tiene que desde que inició la pandemia en Estados Unidos se han registrado casi 4 millones de casos, de los cuales sólo 650 han sido relacionados, incluso de forma muy ligera, con comunidades religiosas.
Una proporción que muy difícilmente justifica que se califique a las iglesias como «focos de infección».
Extrañamente, Cortés no hace una valoración sobre la eficacia de los protocolos de seguridad, ni analiza qué tan viable es que se cumplan en ciertos contextos sociales, asuntos dignos de evaluar. Simplemente concluye que:
«Y hay que decirlo: decenas de ellas son garajes o espacios reducidos en donde el hacinamiento es inevitable. Y las que reúnen 2.000 personas o más en un solo servicio no dan abasto para controlarlas».
Todo lo contrario a lo que se ha visto en cientos de miles de iglesias en el mundo, en donde se mantienen el distanciamiento social y las medidas de bioprotección:
En una época en la que se multiplican los ataques de odio contra la fe cristiana, la postura fijada por el editor del diario más importante de Colombia deja en claro el papel que ese medio piensa jugar: no van a enriquecer el debate con información confiable, ni a ofrecer opiniones que inviten a la reflexión serena, sino arrojar frases mediáticas del tipo «las iglesias son los focos de infección«, para agitar a una turba sedienta de oportunidades para manifestar su odio a la fe cristiana, como lo demuestran los comentarios de los lectores a la nota.
PÍDELE A EL TIEMPO Y AL GRUPO AVAL QUE RECTIFIQUEN LA INFORMACIÓN TENDENCIOSA Y CRISTOFÓBICA DE SU EDITOR EN JEFE (Puedes editar la carta o simplemente firmarla):
Artículo de Ernesto Cortés es una Fake News antirreligosa
Fuente: Entre la fe y el contagio / Voy y Vuelvo: Columna de Ernesto Cortés – Bogotá – ELTIEMPO.COM