El Papa Francisco y el activista LGBTQ+ P. James Martin se comunicaron recientemente después de una entrevista en la que el Papa afirmó que la homosexualidad no es un delito.
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El P. Martin, un sacerdote jesuita estadounidense y editor en jefe de la revista jesuita America, escribió al Papa pidiendo una aclaración. La correspondencia abordó las cuestiones subyacentes detrás de las guerras culturales sobre la sexualidad. Durante la entrevista, el Papa dijo que ser gay no es un crimen, pero también es pecado la falta de caridad hacia los demás.
Cuando el P. Martin pidió una aclaración, y el Papa inmediatamente respondió que se refería a la enseñanza moral católica de que todo acto sexual fuera del matrimonio es pecado, pero que también que se deben “considerar las circunstancias para disminuir o eliminar la culpa”.
Esto ha generado un debate sobre la doctrina católica sobre la homosexualidad. La enseñanza ética cristiana afirma que el sexo sólo es santo dentro de un matrimonio cristiano, mientras que el lobby progresista ha adoptado un nuevo paradigma ético que ve la culpa disminuida o eliminada por el contexto.
El biógrafo oficial de Francisco, Austin Ivereigh, se identificó con la postura progre a través de un trino trinfal:
«Así es como se desarrolla la enseñanza de la Iglesia. La desafortunada frase «intrínsecamente desordenada», fuente de tanto dolor y malentendidos y abandonada de facto hace mucho tiempo, está ahora oficialmente desechada.»
En un artículo del Catholic Herald, traducido por Infocatólica, el exobispo anglicano y converso católico, Gavin Ashenden, explica:
“…quienes desean cambiar la doctrina de la Iglesia sobre el sexo ofrecen el siguiente argumento: ¿y si la calidad del afecto sexual entre dos personas que no están casadas pudiera justificar sus actos? ¿Y si, por ejemplo, alcanzan tales niveles de intimidad, ternura, necesidad, afecto, fidelidad y permanencia éticamente impresionantes, que los méritos acumulados por toda esta emoción virtuosa superan el «pecado»?
Y luego de desarrollar las implicaciones de estos razonamientos no ortodoxos, concluye:
“El argumento de que el contexto (o la intención) puede eliminar toda culpa, y por implicación el pecado, permitirá la erosión de la pareja heterosexual monógama.
Al extender el matrimonio biológico de hombre a mujer a las parejas del mismo sexo sobre la base de la intensidad y autenticidad de sus sentimientos románticos mutuos, se cambia la categoría del matrimonio y, combinado con la «eliminación de la culpa», desaparece el concepto de que el sexo fuera del matrimonio es pecado.”
Fuente: ¿Qué piensa realmente el Papa Francisco sobre la homosexualidad y el pecado?
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