Ahora, los fenómenos que priman son la congestión en las grandes superficies y carestía, acaparamiento y especulación con productos como el acetaminofén que aumentó de precio en un 30%, y otros como el alcohol, que no se consigue, los antibacteriales que han registrado aumentos desde un 50% hasta más del 100%, y los tapabocas que pasaron de $800 pesos la unidad a $7.000, y que ahora nos los ofrecen «lavables» y en colores, por whatsapp.
En los hipermercados y tiendas como PriceSmart, Exito y demás, en donde ayer hubo ríos de gente aprovisionándose de todo, hoy hubo filas controladas para acceder. Mientras tanto, cadenas como Justo & Bueno anunciaron un horario preferencial para adultos mayores, de 9:00 a 11:00 a.m., aunque sin por ello dejar de recibir a sus clientes habituales, a quienes recomienda ir de a uno por familia.
En el momento de escribir esta nota, al menos en Medellín, se han agotado productos como jabones de manos, arroz, leche y otros…, mientras las personas denuncian en Facebook las exageradas compras de «aprovisionamiento» que muchas personas están efectuando, negando a otros la posibilidad de acceder a esos productos, y sin que los supermercados hayan tomado medidas para controlar el volumen de productos por cada referencia.
Repitan conmigo:
Mensaje publicado en Facebook
No tengo que comprar al por mayor productos que no necesito, pues puedo causar una escasez por mi egoísmo. ??
También algunas personas «de oración» están ofreciendo, de acuerdo con ciertas revelaciones privadas, el «aceite del buen samaritano», a un precio de $35.000 los 30 ó 300 centímetros cúbicos (no dicen con precisión) que tampoco es accesible para muchas personas que acuden a dichos grupos. Lo cierto es que muchos se espabilan ante el caos, y alcanzan a hacer su mercadeo con notas y tono de caridad.
En fin, en medio de este del que alguien se expresó diciendo «de todos los fines del mundo que me tocó vivir, este es el fin del mundo más fin del mundo hasta ahora», a muchos no les quedan más medios y remedios que su Fe, Esperanza y Amorosa Resignación a la Voluntad Divina.
Mientras algunos otros llenan bodegas y anaqueles con provisiones para meses en una «cuarentena» de previsión que es máximo para tres semanas, y otros tienen refugios y hasta «bunkers» para protegerse de eventualidades como ésta, a muchos no les quedan más refugios que los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
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