Una queja por la graduación del aire acondicionado por parte de una concejal en Alicante (España), dejó en evidenca los alcances de la ideología de género a la hora de presentar, de forma obsesiva, cualquier situación de convivencia social como una evidencia de la opresión de los hombres sobre las mujeres.
«Antes de comenzar mi intervención quería hacer un pequeño apunte. Aquí también estamos congeladas de frío…Que estemos ahora pasando frío nosotras es un micromachismo y como vamos a hablar de igualdad…», dijo la militante podemita Vanessa Romero en el pleno del Ayuntamiento de Alicante.
“¿Es una broma?”, preguntó sorprendido el alcalde, Luis Barcala, del Partido Popular (liberal-conservador). «Si no es una broma tendré que reprender a los conserjes».
Romero explicó luego a los medios de comunicación: «Es algo que tenemos interiorizado. El estándar de los 24-27 grados de confort fue establecido en los años sesenta y se tomó como referencia a un varón de unos 40 años y 70 kilos, por eso es por lo que comentaba esto. El de las mujeres suele ser tres grados por encima. Tal vez sea momento de actualizarlo».
Finalmente el alcalde popular dio un solución salomónica al dilema de la temperatura del aire, ahora convertido en una cuestión feminista:
“apagamos el aire y sudamos en igualdad”.
– Que estemos pasando frío es un micromachismo, y si vamos a hablar de igualdad…
— Razón + Fe ن (@razonmasfe) August 2, 2020
– ¿Es una broma no?
– No, es verdad. Está en internet….
Ideología de género haciendo estragos en los escenarios políticos, todavía hay creyentes que repiten «la tal ideología no existe»… pic.twitter.com/HsKi54GLPT
¿Qué dice la ciencia?
Desde el punto de vista médico puede decirse que hay un rango de temperatura corporal normal, que puede variar según la persona, la edad, las actividades y el momento del día.
La temperatura corporal promedio aceptada es generalmente de 37°C. Sin embargo, algunos estudios han mostrado que la temperatura corporal «normal» puede variar entre los 36.1°C y los 37.2°C.
En cuanto a la temperatura artificial, se plantea que la temperatura ideal son los 23 ó 24°C en lugares de trabajo, mientras que los 26°C son adecuados para centros médicos «para exámenes físicos y exploraciones a pacientes».
De modo que puede haber diferencias en las preferencias de temperatura entre las personas, debido a distintos factores, y el sexo sólo uno de ellos:
Además del sexo, influyen en la percepción de la temperatura otros factores como «la edad (disminuye la tolerancia a los cambios de temperatura con la edad), el género, el peso y la altura, la capacidad de adaptación cardiovascular y metabólica, el estado nutricional (tener hambre o haber hecho una buena comida), el consumo de bebidas alcohólicas, la actividad sedentaria, el ejercicio físico, la situación hormonal, o el estado funcional de algunos órganos endocrinos, principalmente la tiroides, entre muchos otros», explica Maria Rosa Fenoll-Brunet, profesora de Histología de la Universitat Rovira i Virgili (URV).
La regulación de la temperatura en el caso de las mujeres puede ser más complicado debido a diversos factores:
«Las mujeres perciben más bajas que los hombres las temperaturas frías, y más altas las temperaturas cálidas”, ya que suelen tener una proporción más grande de superficie corporal en relación a su masa corporal, un mayor contenido de grasa subcutánea y una mayor eficiencia en los mecanismos de transpiración.
Además, hay otros factores como la menstruación “La variación de la tasa de liberación de hormonas sexuales durante el ciclo menstrual modifica la termorregulación en las mujeres, de forma que hay diferencia en la temperatura corporal y las respuestas térmicas a cargas de calor positivas o negativas en función de la fase del ciclo menstrual», concluye la profesora Fenoll-Brunet
Además, si las mujeres toman anticonceptivos se altera sus sistema hormonal «por lo que pueden elevar la temperatura del cuerpo aún más, haciéndote más sensible al frío«.
Ahora, desde hace algunos años se viene reduciendo todo a una cuestión de discriminación, según la cual “La refrigeración de los espacios cerrados es notoriamente sexista”. Y no faltan estudios pseudocientíficos que aseguran, a través de una reinterpretación de los hechos que es siempre subjetiva, que los aires acondicionados son una herramienta más de dominación patriarcal.
Fuente: El aire acondicionado bajo es «micromachismo»: la polémica queja de una concejala de Podemos