La decisión de los gobiernos del Grupo de Lima de desconocer el régimen de Maduro, sumados a EEUU., al tiempo que reconocen a Juan Guaidó como única autoridad ejecutiva legítima sirve de catalizador para las reacciones del pueblo venezolano que buscan derrocar el gobierno ilegítimo de Maduro.
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Esta situación pone a prueba los restos diplomáticos que le quedan a Cuba y Venezuela, en especial con sus tradicionales aliados comunistas como China, Nicaragua y otros países relevantes como Rusia e Irán.
De tales respuestas dependerían las posibilidades de éxito de una intervención militar para facilitar el cambio de régimen, sin que desemboque en un conflicto bélico de proporciones mundiales.
