De acuerdo con la reseña de Netflix «El cardenal Bergoglio frustrado con la dirección de la Iglesia solicita su retiro en 2012 al Papa Benedicto. Sin embargo, debido a los escándalos y a sus dudas interiores, el introvertido Papa Benedicto llama a Roma a su más duro crítico y futuro sucesor, para revelarle un secreto que sacudirá los fundamentos de la Iglesia católica».
La película, que dice estar «inspirada en hechos reales», contará la supuesta historia detrás de la renuncia del Papa Benedicto XVI al pontificado, y será estrenada en septiembre en el Festival Internacional de Cine de Toronto.
Si en general las películas producidas por Netflix ameritan muchas prevenciones desde el punto de vista religioso y moral, con mayor razón ahora con esta producción, calculada para deformar a la Iglesia y el papado, en especial al Papa Benedicto XVI, pero sobretodo, para dar mucho de qué hablar a los enemigos de la fe católica.
El director es el brasileño Fernando Meirelles, conocido por películas como «La ciudad de Dios», «La ceguera» y «El jardinero fiel».
En una entrevista concedida en 2017 a UOL de Brasil Meirelles expresó: «Según tengo entendido, Benedicto XVI es más adepto a una Iglesia que le señale el camino al mundo, mirando más allá del mundo; mientras que Francisco prefiere caminar escuchando e intercambiando con el mundo».
Por su parte el guionista será el neozelandés Anthony McCarten, conocido por su trabajo en «La teoría del todo», «Boemian Rhapsody» y «La hora más oscura».
A pesar de que fue criado como católico, McCarten ha reconocido que ya no cree en su fe y considera que la virginidad de María y la Resurrección de Cristo no son más que «historias reforzadas».
La película está basada en su libro «El Papa», que muestra una visión poco simpática del papa alemán, la cual comienza desde su juventud, cuando fue reclutado por las juventudes hitlerianas, a las cuales criticaba por su hostilidad a la religión antes que por su trato a los judíos.
El Papa Benedicto XVI también es representado como alguien obsesionado en condenar a los homosexuales, al tiempo que con frecuencia ofende a los musulmanes y los judíos, gracias a sus comentarios y decisiones imprudentes.
En la película su papado comienza con el pie izquierdo, y según McCarten, nunca logra recuperarse. Al final Benedicto es representado como un hombre frágil y confundido, que se hunde en aguas oscuras, mientras la gente a su alrededor apenas lo mira.
Por otra parte el Papa Francisco recibe un tratamiento mucho más favorable, representado como un hombre comprometido con una vida de humildad y sencillez, dedicado a los pobres y dispuesto a poner fin a la ostentación y decadencia en las altas esferas eclesiales.
Sin embargo, también es criticado por su supuesta pasividad frente a los abusos de la dictadura en Argentina y por su lentitud para actuar frente a los abusos sexuales dentro de la Iglesia.
La lección final de la película es que la coexistencia de los dos papas debilita la fe en la Iglesia, ya que es una prueba de la falibilidad del papado.
«En cada asunto que no estén de acuerdo, siempre habrá uno que esté equivocado», concluyó en una entrevista concedida a la cadena estadounidense NPR Radio.