Dame, Señor, la Sabiduría…
Cántico: Sabiduría 9, 1-6. 9-11
Antífona:
“Mándame tu Sabiduría, Señor, para que me asista en mis trabajos”.
DAME, SEÑOR, LA SABIDURÍA
“Os daré palabras y sabiduría
a las que no podrá hacer frente…
ningún adversario vuestro”.
(Lc 21, 15).
Dios de los padres y Señor de la misericordia,
que con tu palabra hiciste todas las cosas,
y en tu sabiduría formaste al hombre,
para que dominase sobre tus creaturas,
y para que rigiese el mundo con santidad y justicia
y lo gobernase con rectitud de corazón.
Dame la sabiduría asistente de tu trono
y no me excluyas del número de tus siervos,
porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,
hombre débil y de pocos años,
demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.
Pues aunque uno sea perfecto
entre los hijos de los hombres,
sin la sabiduría, que procede de ti,
será estimado en nada.
Contigo está la sabiduría conocedora de tus obras,
que te asistió cuando hacías el mundo,
y que sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos.
Mándala de tus santos cielos
y de tu trono de gloria envíala
para que me asista en mis trabajos
y venga yo a saber lo que te es grato.
Porque ella conoce y entiende todas las cosas
y me guiará prudentemente en mis obras,
y me guardará en su esplendor.
Antífona:
“Mándame tu Sabiduría, Señor, para que me asista en mis trabajos”.
Oración de la Serenidad
«Dios, concédeme Serenidad,
San Francisco de Asís
para aceptar las cosas que no puedo cambiar.
Valor, para cambiar las que sí puedo.
Y Sabiduría,
para conocer la diferencia.
Que se cumpla Tu Voluntad, Señor,
no la mía.
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