Si hay algo sagrado en la Universidad Nacional, y la mayoría de escuelas y universidades públicas del país, es la reverencia que tienen por el genocida comunista Ernesto el «Ché» Guevara.
Desde que la estatua del fundador de la Universidad Nacional, Francisco de Paula Santander, fue removida de la plazoleta que tenía en el campus, para ser decapitada sobre un puente peatonal de la calle 26, la Universidad no honra a ninguna otra figura más que al guerrillero argentino, modelo y ejemplo de vida para los jóvenes educados por el Estado colombiano.
Por eso son tan interesantes las citas de Guevara publicadas en la introducción del libro «Imperium» del filósofo americano Francis Parker Yockey .
Entresacamos del libro de Che Guevara sobre la táctica de guerrillas y la cuestión de cuándo es preciso recurrir al asesinato:
«Generalmente es contrario a la política del Partido Comunista el recurso al asesinato … Con todo, se requieren dos criterios y una decisión política de alto nivel… Los criterios para el individuo en cuestión consisten en que debe tratarse de alguien altamente efectivo y que su ejecución debe servir de ejemplo».
También explica las otras tácticas de lucha comunista, indispensables para entender el estado de opinión en Colombia, a partir de los gobiernos de Santos:
La siguiente táctica consiste en el Descrédito mediante el libelo, la tergiversación, el embuste y la siembra de confusión cuando es posible.
Puede llevarse a cabo una campaña negativa de descrédito para destruir la efectividad de un enemigo, o una campaña positiva encaminada a enmascarar la verdad para permitir el desarrollo de un movimiento subversivo. La falsificación de la verdad acerca de Castro, que fue literalmente mimado por toda la prensa y, naturalmente, por el Departamento de Estado, es una ejemplo clásico de esto.
Todo empieza generalmente en la forma de una campaña de cuchicheos subterráneos que progresivamente se convierten en una campaña abierta cuando interviene la “prensa libre».
El objetivo consiste en aislar a los enemigos del presente régimen y desacreditarlos. La tercera táctica consiste en la infiltración de agentes en el seno del movimiento hasta conseguir dotarle de una dirección falseada con objeto de sabotearle en el momento oportuno, mientras las energías de los patriotas son encaminadas hacia actividades controladas o sin peligro.
La cuarta y última etapa sólo se utiliza en último extremo cuando ya el movimiento o la filosofía ha conseguido institucionalizarse y es inmune a tácticas más bastas.
Consiste en interpretarlo de manera que aparezcan tan semejante como sea posible con modelos aceptados. (Curiosamente, las conflictivas filosofías de Jesucristo y de Friedrich Nietzsche sufrieron esta mortal interpretación).