«Siempre he creído en milagros. A mi lado esta noche me acompañan los tres milagros más grandes de mi vida [Su esposa y sus dos hijas]. Y esta noche hemos sido testigos de otro. Qué buena es Australia y qué buenos son los australianos», fueron las palabras de Scott Morrison, el Primer Ministro conservador, en su discurso de victoria que sorprendió al país en la madrugada de este sábado, al ganar la tercera elección consecutiva para su partido.
Con el 70% del escrutinio, suspendido hasta el domingo, la Coalición conservadora (Liberal-Nacional) se encontraba en curso a lograr una mayoría absoluta, lo cual le permitiría gobernar sin el apoyo de aliados independientes en la cámara Baja.
El resultado sorprendió a los analistas, quienes según las encuestas esperaban un triunfo del partido Laborista (de izquierda), el cual hizo una campaña centrada en el cambio climático y la ecología.
De hecho, las encuestas fueron las grandes derrotadas de la noche, pues no sólo predecían el triunfo de los socialistas esta noche, sino que desde hace tres años en todas las mediciones señalaban la derrota del partido conservador, lo cual generó una crisis interna de liderazgo que implicó tres cambios de Primer Ministro.
La equivocación de las encuestadoras incluso significó una millonaria pérdida para una empresa de apuestas que, confiada en los pronósticos, adelantó el pago a los clientes equivocados.
Whoever made this decision……………………………………….……………………………………………………#AusVotes #Auspol pic.twitter.com/I7ESztTrCD
— Brendan Bradford (@1bbradfo) 18 de mayo de 2019
La indignación de la izquierda ante la derrota, se reflejó en las redes sociales con la propuesta de expulsar la región de Queensland del país, debido al triunfo del partido de derecha One Nation, el cual aboga por medidas fuertes contra la inmigración, se opone al radicalismo ecologista, promueve una lucha frontal contra las drogas y la ideología de género.
People across social media are calling for a ‘Quexit’ after Labor’s shock election loss. #AusVotes #Auspol pic.twitter.com/kkBcfPL0nK
— news.com.au (@newscomauHQ) May 18, 2019
En cuanto a los temas de debate en la agenda nacional, según el barómetro del periódico izquierdista The Guardian, claramente ganaron las propuestas conservadoras aunque por un estrecho margen:
Sin embargo, no todo fue trinfo para la coalición conservadora. El ex Primer Ministro y líder católico Tony Abbott fue derrotado luego de 25 años en el Parlamento, en medio de una multimillonaria campaña de la izquierda para expulsarlo de dicho estamento, promoviendo en su lugar a una medallista olímpica independiente, quién aseguró apoyar la coalición de derecha y dedicarse a promover ambiciosas medidas para frenar el cambio climático.
Tony Abbott es un símbolo para la derecha, pues cuando fue derrocado por un copartidario progresista, Malcom Turnbull, reorganizó a su partido para lograr que este a su vez fuera derrocado por el actual primer ministro Scott Morrison, de derecha, simpatizante de los valores cristianos y claro opositor a la ideología de género.
Adicionalmente, otros líderes de la derecha religiosa como Cory Bernardi y su partido Conservadores Australianos aparece en curso hacia la victoria, lo cual garantiza una importante vocería para la defensa de los valores éticos cristianos.
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