En medio de un pesimismo generalizado entre los colombianos, generado en gran medida por un rechazo a la forma como el gobierno ha manejado el proceso de paz, por el cinismo con que la guerrilla han asumido los privilegios concedidos en las negociaciones de La Habana, y sobretodo, por los escándalos de corrupción que se han hecho evidentes en las últimas semanas, y que han comprometido especialmente la elección del presidente Santos a través de irregularidades en su campaña política, la noticia de la visita del su Santidad Francisco parece ser la única que ilusiona a los colombianos.
De acuerdo con una encuesta realizada el 14 de marzo a 700 personas por la firma Datexco para la emisora La W y el periódico El Tiempo, el 54% de los colombianos consideran que la visita del Papa servirá para unir a los colombianos en torno a la paz.
Esta cifra, sin ser abrumadora, contrasta muy positivamente con el ambiente generalizado de negativismo en torno al proceso de paz.
Según los resultados de la encuesta Gallup publicada el pasado 1° de marzo, hay un creciente negativismo entre los colombianos en relación la dirección que está tomando el país, y en particular en relación con la implementación del proceso de paz, ya que entre el 64% y el 79% de los encuestados creen que no va a solucionar ninguno de los problemas que se anunciaron en el plebiscito (violencia ideológica, seguridad, narcotráfico, verdad y reparación a las víctimas).
La visita del Papa también coincide con uno de los puntos más bajos en la credibilidad de la Iglesia católica, según la encuesta de Gallup, pues la favorabilidad de esta institución cayó al 55%, arrastrada principalmente por el escándalo creado alrededor de la defensa de la Arquidiócesis de Cali, frente a las desbordadas pretensiones económicas de los familiares de unos jóvenes que fueron abusados en su niñez por un sacerdote en esa ciudad.
El hundimiento de la imagen de la Iglesia sólo es comparable con el sufrido a mediados de 2007, cuando se difundió un video en el que el Padre Rozo, reconocido nacionalmente por sus hazañas deportivas y por su trabajo social, reconocía que había abusado sexualmente de varias personas, entre ellos de algunos familiares, y quien fue finalmente declarado inocente por prescripción del proceso penal y canónico.
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