Este viernes a las 13:00 Hrs en el centro de Santa Cruz, el Museo Altillo Beni quitó banderas LGBT luego del reclamo de los vecinos de la zona. El lugar no tenía la autorización correspondiente para colocar esos símbolos, que aparecieron ahí un día antes.
El 1º de junio, el grupo LGBT La Pesada Subversiva anunció una agenda para el mes de junio en colaboración con la alcaldía de Santa Cruz, a la cabeza de Jhonny Fernández. La Secretaría Municipal de Cultura y Turismo ayudó a financiar esta programación de actividades LGBT que realizará diferentes actividades este mes. La cartera de Cultura en la alcaldía está a cargo de la escritora Sarah Mansilla, cuyo hijo es homosexual.
Consultada respecto al retiro de banderas, Blanca Méndez, representante de los vecinos, señaló que estos se sintieron indignados por la decisión del museo de colocar banderas que imponen una ideología política. Ella acudió al lugar y consultó si los funcionarios tenían autorización para eso, a lo cual respondieron que no. “Ellos retiraron su bandera de forma pacífica”, explicó.
En este sentido, detalló que fue el personal mismo del museo el que quitó los símbolos. “La gente que trabaja en el museo fue muy educada, cortés, y en un minuto las sacaron”, aseguró.
Sin embargo, acotó que, en el momento del reclamo, una representante del grupo LGBT favorecido por la alcaldía estaba presente en el lugar y no pudo ocultar su descontento. “Una señora gaucha-cubana me miró brava, ella es dirigente de ese grupo, que creo que es una ONG”, aclaró.
Puntualmente, Méndez afirmó que los vecinos estaban molestos porque las autoridades públicas permitieron que los LGBT coloquen sus veinte banderas, pero no las de la región cruceña. El 1º de junio, los militares celebraron su día en la plaza 24 de Septiembre izando la bandera boliviana y la wiphala (de los indígenas andinos), pero no la verde blanco y verde (de Santa Cruz) ni la del patujú (de los indígenas de tierras bajas).
En este marco, Méndez mencionó que, a la pregunta de por qué no se izó las banderas representativas de la región, la respuesta de las autoridades fue que «el mástil estaba mal«. Por esta razón, acotó que los cruceños se sintieron atropellados. «Los vecinos ya estábamos molestos», enfatizó.
Por otro lado, Méndez sostuvo que un periodista progresista del diario El Deber la increpó enérgicamente por su actitud mediante una llamada telefónica. El periodista, llamado Adhemar Manjón, alzó la voz y aseveró que los LGBT estaban “en su derecho” de mostrar sus símbolos públicamente, y que la intervención de la señora estuvo «muy mal».
En respuesta, Méndez, de 65 años, dijo al periodista: “No estás hablando con un muchacho, (yo) podría ser tu mamá”. También sostuvo: “Tu fanatismo como periodista no te da”. Manjón ha redactado noticias que favorecen al feminismo y al lobby LGBT en El Deber.