De acuerdo con las publicaciones en Twitter de uno de los asistentes a el conversatorio organizado por la universidad de La Salle, Leonardo Boff habría dicho que «El ser humano es un meteorito razante que está destruyendo sistematicamente las bases fisicoquímicas ecológicas que sustentan la vida», planteando una semejanza con el meteorito que supuestamente destruyó gran parte de la vida en la tierra, en la época en que la habitaban los dinosaurios.
También habría dicho que «La tierra es un superorganismo vivo: Gaia. Debe ser respetada como se respeta a un ser humano. La amazonía definirá el equilibrio climático del planeta», afirmaciones pseudocientíficas que degradan la dignidad del ser humano a la de un mero organismo biológico, al tiempo que le otorga una personalidad cuasi divina al planeta, en línea con las religiones primitivas y animistas que aún subsisten en una buena parte de la Amazonía.
#EcologíaIntegralBOFF «La escuela Católica tiene que unir esfuerzos para poder crear acciones que aporten a la creación de una ecología común» Oscar A. Pérez pic.twitter.com/LvZmV7F7Y6
— Unisalle (@unisalle) 27 de junio de 2019
El evento fue organizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la Confederación Latinoamericana de Religiosas y Religiosos (CLAR) y la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC), con el auspicio de la Universidad de La Salle de Bogotá, donde tuvo lugar el evento el pasado en 27 de junio.
En relación con el Instrumentum Laboris (borrador de trabajo para el Sínodo), el Cardenal Walter Brandmüller dijo recientemente que «constituye un ataque a los fundamentos de la fe», de una forma que parecería imposible.
A través de un documento publicado en medios alemanes y norteamericanos, el presidente emérito del Comité Pontificio de Ciencias Históricas explicó que el documento impone en el Sínodo «una grieta profunda» con el depósito de la fe, que podría resultar en la autodestrucción de la Iglesia o en su reducción a una ONG secular, con un mandato socio ecológico y psicológico.
También criticó que se desvíe de la misión de la Iglesia, para entrometerse en asuntos políticos económicos y ecológicos del Brasil.
Por otra parte, el documento presenta una visión inspirada en la desacreditada idea de Rousseau sobre «el buen salvaje», y la lleva más allá para «promover una idolatría panteísta de la naturaleza».