«¿Acaso la única Libertad Religiosa que se debe respetar es la de los demás, pero no la de los católicos en un país Católico?». Esto se pregunta y plantea la Periodista Salud Hernández-Mora.
Y recuerda que al menos el 70% de los colombianos son Católicos. Y eso no por una estimación caprichosa, sino a partir de los datos oficiales.
Entonces, ¿qué pasa en nuestro país, en el que se ha instaurado una dictadura judicial que desde cualquier juzgado le ordena al propio Presidente (Católico) retirar un trino referido a la celebración los 101 años de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, Patrona de Colombia (País Católico) «en un plazo de 48 horas»?
¿Debe acatar el Presidente ese dictamen o, más bien, tal exabrupto? La Libertad Religiosa es, precisamente, para garantizar a cada ciudadano (y el Presidente lo ES) el ejercicio y expresión de su fe. Y él fue considerado y respetuoso de esa misma libertad hacia las personas de otras confesiones.
El fallo quiere inhibir la fe de los ciudadanos que acceden a responsabilidades de gobierno, confundiendo su libertad de conciencia, religiosa y de culto, con una «moral de estado», que es precisamente en lo que consiste el laicismo.
En tal sentido, la orden del juzgado se desvía de las garantías constitucionales, legislando sobre el fuero interno de los individuos.
Por lo tanto, ni el señor Presidente Iván Duque, ni ningún ciudadano están obligados a acatar un fallo semejante. Por el contrario, lo que procede es impugnarlo y delimitar, ahí sí, las facultades de los funcionarios y del aparato judicial en materia de libertad, conciencia y fuero de los ciudadanos.
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