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Lo que comenzó como una inocente broma del Día del Padre en la Parroquia Católica de Santa Ana en Coppell, Texas, donde 200 padres aparecieron en misa vistiendo la misma camisa polo, se ha convertido en un fenómeno mediático nacional que llegó incluso al programa Today de NBC.
El protagonista inesperado de esta historia es un polo verde claro con un sutil patrón del Chi Rho, un antiguo símbolo cristiano que combina las primeras letras de «Cristo» en griego, fabricado por Sock Religious, una innovadora empresa católica.
Scott Williams, cofundador de Sock Religious, confiesa que jamás imaginó que su producto alcanzaría tal notoriedad. «Sucedió tan rápido y ha sido pura alegría ver todo esto desarrollarse», comenta con entusiasmo. La historia de esta peculiar empresa comenzó cuando Williams, después de una década trabajando en pastoral juvenil, buscaba una forma creativa de expresar su fe en un entorno más profesional.
Durante un viaje a Chicago con su esposa, surgió la idea de crear calcetines con imágenes de santos para celebrar sus festividades. Su primer diseño, presentado en la Conferencia Nacional de Juventud Católica en 2017, se agotó antes de que terminara el evento. «Descubrimos que habíamos encontrado un nicho de mercado: personas que toman su fe en serio, pero no demasiado a sí mismas», explica Williams. «Gente que quiere compartir su fe y representarla de una manera divertida».
Desde entonces, la empresa ha expandido su catálogo más allá de los calcetines, incluyendo pegatinas, tazas y camisetas, manteniendo siempre su filosofía de productos «divertidos y fieles». Williams enfatiza que su público objetivo son «católicos que toman su fe en serio, pero no a sí mismos, personas dispuestas a reír y orar en la misma conversación».
Los productos de Sock Religious han demostrado ser más que simples accesorios de moda; se han convertido en poderosos iniciadores de conversaciones sobre la fe. Williams relata una conmovedora anécdota sobre un pasajero que llevaba calcetines de San Juan Pablo II en un vuelo. Una azafata, intrigada por el diseño, entabló una conversación que culminó en un encuentro posterior en el aeropuerto, donde le confesó que había estado alejada de su fe y que esa conversación había sido una señal para regresar.
«Los productos se han convertido en una oportunidad para que las personas se acerquen a la vida de los santos y, sin juego de palabras, caminen con ellos de una manera única», señala Williams. Los calcetines han acompañado a personas en momentos cruciales de sus vidas: pacientes con cáncer han usado los de San Peregrino durante sus tratamientos, profesionales han elegido los de San Miguel o San José para entrevistas de trabajo importantes, y sacerdotes los han llevado en sus ordenaciones.
La empresa ha sido testigo de cómo sus productos han estado presentes en momentos significativos, desde bodas donde todo el cortejo nupcial ha usado sus calcetines, hasta casos donde las personas han sido sepultadas con ellos. Williams resume la misión de Sock Religious como un medio para «empoderar a las personas para que vivan el llamado de la Gran Comisión: ir y hacer discípulos de todas las naciones. Cuantas más oportunidades demos a las personas de usar cosas con las que se identifican, más oportunidades tendrán de entablar esas conversaciones».
Esta historia demuestra cómo una idea aparentemente simple puede convertirse en un poderoso instrumento de evangelización, combinando el humor con la fe de una manera única y efectiva.