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Arthur Brooks, catedrático de Harvard, afirma en una entrevista que nuestros teléfonos móviles podrían estar impidiéndonos ser felices. Según él, cualquier cosa que nos distraiga de pensar en las cosas importantes de la vida nos aleja de la felicidad.
Brooks recomienda «dejar de distraernos» y «empezar a aburrirnos». Dice que debemos sentirnos incómodos, tomarnos nuestro tiempo, sentarnos en silencio y hacernos preguntas existenciales. Luego, las respuestas vendrán solas.
El uso excesivo de los teléfonos móviles, especialmente entre los jóvenes, es un problema creciente. Un estudio reveló que el 94% de los adolescentes españoles de entre 14 y 15 años ya tiene un teléfono móvil. Otro informe indica que el 64% de los menores entre 8 y 16 años usa el móvil más de 2 horas al día.
El Colegio de Médicos de Barcelona recomienda que los menores de 16 años no tengan teléfono móvil. También proponen que padres e hijos firmen un «contrato tecnológico» para poner límites al uso de estos dispositivos.
Aunque internet y los teléfonos móviles no siempre son perjudiciales, su uso debe estar regulado, especialmente en niños y adolescentes. Pasar demasiado tiempo distraídos con el móvil puede impedirnos hacer preguntas importantes sobre el sentido de la vida y así avanzar hacia una mayor felicidad.
