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Un sacerdote que cumplió una condena de cinco años por posesión y distribución de pornografía infantil ha retomado sus funciones en el servicio diplomático de la Santa Sede, lo que ha generado controversia y preocupación entre funcionarios vaticanos.
El padre Carlo Alberto Capella, quien anteriormente ocupó un alto cargo diplomático en la nunciatura apostólica en Washington D.C., fue sentenciado en 2018 por un tribunal de la Ciudad del Vaticano por «posesión y distribución de pornografía infantil con la circunstancia agravante de su gran cantidad». Tras cumplir su sentencia en una celda de la gendarmería vaticana, The Pillar ha confirmado que permanece en la Ciudad del Vaticano y se le permitió reanudar su trabajo en la segunda sección de la Secretaría de Estado, el departamento diplomático.
La noticia de su rehabilitación salió a la luz cuando el sitio web InfoVaticana informó que el sacerdote había sido visto en el Vaticano realizando «tareas internas». Fuentes cercanas a la Secretaría de Estado revelaron que a Capella se le permitió regresar al departamento en 2023, después de completar su sentencia, en lo que fue descrito como «un acto de misericordia». Inicialmente trabajó sin título ni designación oficial, pero en 2025 su nombre apareció en la lista oficial de funcionarios departamentales del Vaticano.
Durante su encarcelamiento, sus ex colegas del Vaticano lo visitaron y mantuvieron contacto cercano, dado que las circunstancias de su confinamiento limitaban las visitas externas. El arzobispo Paul Gallagher, jefe de la segunda sección y secretario de Relaciones Exteriores del Vaticano, fue quien lo presentó nuevamente en la oficina de la Secretaría de Estado.
El caso de Capella alcanzó notoriedad internacional en 2017 cuando, trabajando en la nunciatura apostólica en Washington D.C., huyó a Roma después de que funcionarios del Departamento de Estado estadounidense expresaran preocupación por la descarga de pornografía infantil. Las autoridades canadienses emitieron una orden de arresto nacional por cargos similares, relacionados con incidentes durante unas vacaciones en Windsor, Ontario.
Durante su juicio de dos días, Capella admitió poseer y ver las imágenes durante lo que llamó un «período de fragilidad» tras su traslado a Washington en 2016. Los fiscales vaticanos encontraron más de 40 imágenes y videos criminales en sus dispositivos, incluyendo animaciones japonesas con material obsceno y pornografía de menores entre 14 y 17 años.
A pesar de que las leyes vaticanas permiten sentencias de hasta 12 años por posesión de pornografía infantil, Capella recibió una condena de cinco años y una multa de 5.000 euros. También fue sometido a un juicio canónico separado ante la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe, donde perdió el rango de monseñor pero no fue laicizado, es decir, reducido al estado laical, contrariamente a la práctica habitual en casos similares.
La decisión de permitir su regreso al trabajo ha generado confusión y malestar entre algunos funcionarios vaticanos.
«Todo el mundo que conozco cree que esto sobrepasa los límites, nadie entiende cómo se tomó esta decisión», comentó un funcionario. «Esto es lo opuesto a lo que se suponía que era el punto: que pudiera realizar algún servicio útil mientras vivía una vida recluida, sin causar escándalo«.
Capella, ordenado sacerdote para la Arquidiócesis de Milán en 1993, es canonista de formación y escribió su disertación de 2003 sobre el celibato clerical y el código penal de la Iglesia. Su caso ha reavivado el debate sobre el manejo de casos de abuso y la política de rehabilitación dentro de la Iglesia.
Fuente: Vatican official jailed for child pornography returns to work