Si quieres recibir noticias de actualidad sobre la Cultura de la Vida, te invitamos a seguirnos en nuestro CANAL DE TELEGRAM haciendo clic AQUÍ.
La emisión de un anuncio provida en los principales canales de televisión del país por parte del empresario Miguel Milhão, fundador y CEO de la corporación de nutrición deportiva Prozis, ha desatado un verdadero vendaval mediático pues su campaña publicitaria cuestiona abiertamente el aborto.
El anuncio, titulado «Obrigado, Mãe» (Gracias, Mamá), muestra a una joven en un quirófano a punto de someterse a un aborto. Milhão ha explicado que la pieza es un tributo artístico a su propia madre, quien con apenas 19 años decidió continuar con su embarazo.
La reacción no se hizo esperar. Grupos abortistas, como la Associação Escolha, han inundado al organismo regulador de medios Entidade Reguladora para a Comunicação Social (ERC) con quejas, exigiendo la inmediata retirada del anuncio. Argumentan que viola las leyes de radiodifusión al promover una postura política inadecuada para las ondas públicas.
La respuesta de Milhão ha combinado humor y firmeza. «¿Quieren censurar las producciones artísticas del gurú? ¡25 de abril, siempre!», escribió, haciendo una irónica referencia a la revolución democrática portuguesa de 1974, de inspiración izquierdista. El empresario, que ya en 2022 se declaró «incancelable» durante una controversia similar, ha demostrado una notable valentía moral al utilizar su plataforma para provocar reflexión sobre un tema de crucial importancia ética.
Prozis, una marca global que exporta el 85% de sus productos, podría haber optado por la neutralidad, evitando así amenazas de embargo y denuncias en redes sociales, incluso de influencers que anteriormente colaboraban con la marca. Sin embargo, Milhão eligió el camino más difícil, demostrando que el compromiso con las convicciones morales tiene un precio que está dispuesto a pagar.
Este episodio pone de manifiesto una preocupante tendencia: la intolerancia hacia las voces disidentes en debates que algunos consideran zanjados. No se trata solo de una discrepancia sobre el aborto, sino de una batalla por determinar si la plaza pública portuguesa puede aún tolerar ideas que desafían el consenso progresista imperante. El derecho a expresar oposición está en juego, y ceder en este principio equivaldría a aceptar una dictadura ideológica.
La controversia también subraya la responsabilidad social y política de los empresarios conservadores. En una época en que las élites corporativas a menudo se someten a presiones culturales o, peor aún, se convierten en epicentros del activismo progresista, la postura de Milhão representa un caso excepcional de auténtica valentía empresarial y compromiso con sus principios morales.
¿Por qué una empresa sí puede o debería promover ‘causas sociales’ como el aborto o el homosexualismo, y no cuestionar a estos o, simplemente, defender y promover la Vida o los Valores Familiares tradicionales? ¿Más aún, en un contexto en el que son los mismos gobiernos los que, preocupados por el declive demográfico, han vuelto a promover políticas para aumentar los índices de natalidad? ¿Es que sólo vale hacerlo apelando a razones sociológicas o instrumentales y no a auténticos y legítimos valores naturales y humanos?
Fuente: Portugal’s Anti-Abortion Ad: Speech Is Free as Long as It Doesn’t Offend