A pesar de que desde octubre Rodolfo Hernández espera confirmación de una audiencia con el Papa Francisco, Mons. Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico en Colombia, sólo ha autorizado el encuentro del Papa con Gustavo Petro, metiendo así de lleno a Su Santidad en la campaña electoral colombiana.
La preferencia del Nuncio llama la atención, en especial si se tiene en cuenta que en declaraciones recientes a SEMANA, Petro mostró su desprecio por el culto a Dios, centro de la vida cristiana, para instrumentalizar la fe católica al servicio de su radicalismo político:
“En la teología de la liberación lo que importa no es la forma, el rito, sino el compromiso, he visto católicos que se arrodillan y votan por Uribe para que mate muchachos. Yo no creo en estos rituales sino en el compromiso”, reveló el candidato presidencial.
Revista Semana
Y es que si algo ha definido la personalidad de Petro desde su infancia es su irreligiosidad: como narran estos perfiles realizados por El Tiempo y El Espectador, una de sus primeras causas políticas fue la lucha en el Colegio Nacional la Salle, donde estudió, para que quiten las misas y las oraciones antes de las clases.
Más aún, llama la atención que un Pontificado que ha clamado por la «Cultura del Encuentro», muestre predilección por un candidato que califica de asesinos a los católicos que votan por una alternativa política que, en temas morales, es más conservadora que la que él.
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Las gestiones políticas del Nuncio
La decisión de darle prelación a Petro en su encuentro con el Papa, y generar un episodio inédito en Colombia de participación política de la Iglesia, recae en el argentino Mons. Luis Mariano Montemayor.
Desde su llegada al país, marcó la diferencia con su antecesor Mons. Etore Ballestrero, pronunciándose abiertamente sobre temas políticos, respaldando la JEP, animando los diálogos con el ELN y calificó de intransigente al Gobierno Duque por su demora en sentarse a negociar con la organización terrorista Primera Línea, aunque implicara ceder la «soberanía».
En eso coincide con Gustavo Petro, quien toda su vida ha sido abanderado de la violencia política, como una estrategia legítima para la transformación social.
Recientemente el candidato de la «Colombia Humana» corroboró su lealtad con los militantes de Primera Línea, detenidos por la violentas revueltas del año pasado:
«Si la protesta es violenta y transgrede la ley, el código penal ha tipificado esos presuntos delitos como asonada. La Rebelión, la sedición y la asonada son, según la ley, delitos políticos”.
Gustavo Petro – El Tiempo
“Toda la solidaridad, habrá un proceso de indulto para quienes han sido tan perseguidos tan injustamente, simplemente, por manifestarse”
Gustavo Petro – Semana, Twitter
No sería de extrañarse que la bendición que recibió el que para muchos es el comandante en jefe del movimiento radical denominado Primera Línea, interpreten que la «Cruzada» a la que al Papa se refiere, es la que comenzó el pasado 28 de abril en la calles de las principales ciudades del país, y que sólo terminará cuando se instale un gobierno comunista en el país del Sagrado Corazón.
