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La Campaña de Derechos Humanos (HRC), el grupo de presión política LGBTQ más grande de Estados Unidos, ha anunciado el despido de aproximadamente 50 empleados, mientras que GLSEN (anteriormente conocida como Gay, Lesbian & Straight Education Network) ha recortado más del 60% de su personal, citando una significativa disminución en las donaciones corporativas y la creciente resistencia conservadora.
En un momento que coincide con el inicio del segundo mandato del presidente Donald Trump, estas organizaciones enfrentan lo que describen como un «paisaje político cambiante» que ha impactado severamente sus operaciones. GLSEN confirmó a una publicación la desvinculación de 18 empleados, lo que representa más de la mitad de su personal, tras experimentar una pronunciada caída en su financiamiento.
La organización atribuye la disminución del financiamiento corporativo a un creciente rechazo de los ‘valores’ de diversidad, equidad e inclusión (DEI). Importantes corporaciones como Target, McDonalds, Walmart, John Deere, Tractor Supply, Lowe’s y Toyota han estado retrocediendo en su apoyo a políticas DEI y otras iniciativas similares en respuesta a la presión pública.
Por su parte, HRC ha informado que aproximadamente 50 de sus empleados serían despedidos antes del 12 de febrero, aduciendo la necesidad de adaptar sus operaciones a las nuevas realidades políticas y legislativas, así como a las necesidades presupuestarias. Esta decisión resulta particularmente significativa dado el tamaño e influencia de la organización en el panorama activista LGBTQ estadounidense.
Aunque Trump ha sido descrito por un funcionario homosexual de su administración como «el presidente más pro-gay en la historia estadounidense», su gobierno está implementando medidas para reducir la promoción de ideología LGBTQ en las escuelas y limitando la celebración gubernamental de estas causas.
Entre las acciones más significativas de la administración Trump se encuentra la firma de una orden ejecutiva que declara la existencia de solo dos sexos y prohíbe el financiamiento federal para la ideología de género, marcando un claro contraste con las políticas de administraciones anteriores.
Este recorte representa un punto de inflexión significativo para el llamado ‘movimiento LGBTQ’ en Estados Unidos, que durante años había experimentado un crecimiento sostenido en recursos y respaldo institucional. La situación actual sugiere su plena dependencia de los recursos estatales y, por lo tanto, un reajuste fundamental en la manera en que estas organizaciones deberán operar y financiarse en el futuro.
Una cosa es segura: la gente está cansada de ver cómo los recursos públicos, es decir, el dinero de los impuestos, no sólo se destina a la promoción de causas ideológicas sino al adoctrinamiento y a su expansión a través de las plataformas educativas y de salud, destruyendo los criterios de autoridad de los padres y rompiendo la estructura de las relaciones familiares. Peor aún, cómo se destruyen las vidas de los niños llevándolos a la falacia de una ‘transición de género’ con efectos físicos, fisiológicos y psicológicos irreversibles.
Fuente: Major LGBT activist groups announce mass layoffs, citing revenue loss and conservative backlash