Aún no “amanece en Calcuta”…
- No “amanece en Calcuta” para quienes se niegan a ver la realidad, lo evidente: la inviolable Dignidad de la Persona Humana, y su condición de ser relacional, necesitado de amor, de aceptación y de respeto.
- No “amanece en Calcuta” para quienes se niegan a reconocer que el Hombre, y todo hombre, es decir, cada Persona, no importa su condición, es una criatura con una entidad eminente, creada “a imagen y semejanza de Dios”, llamada a regir la Creación mediante el uso sensato de la razón iluminada por la fe.
- No “amanece en Calcuta” para quienes so pretexto de ‘respeto a una creencia’, aceptan que las personas sean dejadas, abandonadas y olvidadas en una sociedad que considera “sagrados” a ciertos animales, que alimenta con leche a las ratas, pero que no acierta a descubrir que “es Cristo quien manifiesta plenamente el Hombre al propio hombre” (Gaudium et Spes 22,1).
- Aún no “amanece en Calcuta” para los abortistas, para los que proponen la eugenesia, para los que pregonan la eutanasia bajo la falacia de una presunta “muerte digna”… Es decir, para quienes no captan el sentido cristiano del sufrimiento humano y no aceptan el valor redentor del dolor (“Salvifici Doloris”).
- Aún no “amanece en Calcuta” para quienes se niegan a ver el rostro sufriente del Redentor en el cuerpo lacerado, llagado, enfermo y sufriente del prójimo.
- Aún no “amanece en Calcuta” para quien se niega a tener esperanza, a aceptar que «en esperanza hemos sido salvados», Spe Salvi (Romanos 8, 24-28).
- Aún no “amanece en Calcuta”, para quien se niega a entender que el Hombre, la obra cumbre de la Creación, no viene de abajo en una supuesta “evolución”, sino que ha caído desde la mayor de las alturas, la de su auténtica estatura humana, sobrenatural y espiritual, y por ello permitió que el sufrimiento, el dolor y la muerte entraran en el mundo degradándolo y dejándole a merced de las fuerzas naturales que él debía someter.
Despertar a un “Amanecer radiante, incluso en Calcuta”…
Amanece en Calcuta para el Periodista José María Zavala, Productor de esta epopeya fílmica de la Caridad, quien gracias a su conversión supo encontrar el hilo narrativo que remueve la conciencia desde lo más hondo e impele a salir de sí mismo y a encontrar a Dios y la bendición en el amor y en la caridad al prójimo.
- «Testimonios invaluables, conmovedores, de seis personas, quienes luego de experimentar cómo “amanece en Calcuta”, comenzaron una nueva vida.
- «Me sentí realmente evangelizado».
- «La sencillez y simplicidad del Evangelio hechas realidad en la vida cotidiana».
- «“Bienvenida a Casa”: estas palabras de Jesús y el fuego de su Amor, transformaron la vida de una abortista de profesión. El testimonio de su “bautismo de fuego” en el Espíritu Santo, del cual fueron testigos privilegiadas las Misioneras de la Caridad, conmueve y arrastra ante la infinita Misericordia del Señor».
- «Ver esta película no sólo me emocionó: me transformó. Para mí, como para María del Himalaya, comienza una nueva vida después de este “amanecer en Calcuta”».
- «Una vocación sacerdotal auténtica, afirmada de manera excepcional durante un vuelo junto a la Madre Teresa de Calcuta».
- Y, finalmente, “amanece en Calcuta” para una niña como Lauriet, cuya fotografía junto al póster de la película encabeza esta nota. Porque en su simplicidad, inocencia y sencillez, captó el entrañable amor de Madre Teresa por el prójimo, y lo transmitió con sus emocionados abrazos a todos los que tuvimos la oportunidad de asistir a la exhibición en aquella hora y lugar.
Nota: La fotografía de la niña se publica con permiso de su padre Andrei.
