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El obispo auxiliar de Astaná, monseñor Athanasius Schneider, ha lanzado una severa advertencia sobre la proliferación de movimientos religiosos que promueven un cristianismo basado principalmente en las emociones, calificándolos como «drogas espirituales» que ofrecen una versión superficial de la fe católica.
En una reveladora entrevista concedida al padre Gabriel Calvo Zarraute para el canal Tekton, el prelado kazajo abordó una problemática que está generando debate en los círculos eclesiásticos: la creciente tendencia hacia un cristianismo fundamentado en experiencias emocionales más que en la doctrina y la tradición milenaria de la Iglesia.
El fenómeno del sentimentalismo religioso ha cobrado especial relevancia en los últimos años, particularmente entre los jóvenes católicos. Diversos grupos y movimientos eclesiales han logrado atraer a miles de jóvenes mediante estrategias que, según los críticos, priorizan la experiencia emocional sobre la formación doctrinal sólida. El padre Calvo Zarraute señala que estos grupos están conduciendo a «miles de jóvenes bienintencionados a un sentimentalismo atroz donde la fe y la razón son sustituidos por el sentimiento».
Monseñor Schneider, conocido por sus posiciones tradicionalistas y su defensa de la ortodoxia católica, fue particularmente enfático al describir estos fenómenos como «una forma barata del cristianismo» que carece de «fundamentos profundos». El obispo advierte que estas aproximaciones pastorales están «construidas sobre la arena», sugiriendo su falta de solidez teológica y espiritual.
Un aspecto especialmente preocupante para el prelado es la tendencia a valorar el éxito pastoral en términos numéricos. «Dios no es entusiasta de números», afirma categóricamente Schneider, dirigiendo un mensaje directo a sus hermanos en el episcopado: «Yo debo decir hoy a los obispos que no sean entusiastas de los números».
La entrevista, que ha generado considerable repercusión en medios católicos, incluye referencias visuales a conciertos y merchandising del movimiento Hakuna, fundado por el sacerdote español José Pedro Manglano, aunque no se menciona explícitamente en la conversación. Este detalle ha intensificado el debate sobre las metodologías pastorales contemporáneas y su efectividad a largo plazo.
Como alternativa a estas tendencias, monseñor Schneider propone un retorno a métodos pastorales tradicionales que han demostrado su eficacia a lo largo de dos milenios de historia eclesiástica. Aboga por un enfoque «sólido, tranquilo y equilibrado y sobrenatural», en línea con la tradición histórica de la Iglesia católica.