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Una familia sudafricana enfrenta una dolorosa situación en Nueva Zelanda, donde su hijo de seis años podría ser deportado únicamente por tener síndrome de Down, en un caso que ha puesto de manifiesto la discriminación sistemática contra personas con discapacidad en las políticas migratorias del país oceánico.
Sonandi y Ruan Geldenhuys se mudaron a Nueva Zelanda el año pasado con sus dos hijos. Mientras que su hijo menor recibió una visa de estudiante a pesar de ni siquiera estar en edad escolar, la solicitud de visa para Luandre, de seis años, fue rechazada debido a su condición genética. “Realmente golpea en el estómago”, expresó Ruan, mientras que Sonandi agregó: “Alguien está sentado allí declarando que él no es tan bueno como su hermano, solo basándose en papeles. No lo han conocido, no lo han visto”.
La negativa coincidió con un discurso de la Ministra de Inmigración, Erica Stanford, quien anunció que “a partir del 17 de marzo, los hijos dependientes de titulares de visas temporales ya no serán elegibles para visas de estudiante y visitante si tienen un trastorno cognitivo o del desarrollo severo que requiera apoyo significativo”. Stanford argumentó que estos niños están ejerciendo presión sobre el sistema, una declaración que resultó particularmente insensible al ser realizada días antes del Día Mundial del Síndrome de Down, que se celebra el 21 de marzo.
“Fue una bofetada escuchar a la ministra cambiar las reglas para hacer tan difícil que cualquier persona con discapacidad tenga la oportunidad de obtener una visa en este país”, manifestó Ruan. “Tenemos experiencia de primera mano sobre la discriminación contra personas con discapacidades. Sentimos que, en lugar de ayudar, han cerrado completamente las puertas a cualquier persona con algún tipo de discapacidad. Eso es simplemente injusto”.
El caso de los Geldenhuys no es un incidente aislado. Numerosas familias han enfrentado amenazas similares de deportación debido a que sus hijos tienen síndrome de Down. La situación es tan grave que las Naciones Unidas emitieron un informe en 2022 criticando a Nueva Zelanda por su trato discriminatorio hacia las personas con discapacidad.
“El comité está preocupado por el estándar aceptable de requisitos de salud aplicados bajo las reglas de inmigración de Nueva Zelanda, que permiten la discriminación en la práctica contra personas con discapacidad en inmigración”, señaló el informe de la ONU.
Juliana Carvalho, asesora en derechos de discapacidad, acusó al gobierno neozelandés de ignorar las recomendaciones de las Naciones Unidas. “Al endurecer los requisitos de salud y educación para los titulares de visas temporales, el Gobierno está ignorando estas recomendaciones y redoblando su violación de derechos”, afirmó. “Esta política culpa injustamente a las familias migrantes y sus hijos discapacitados por las fallas de un sistema educativo con fondos insuficientes. Utiliza indebidamente la idea de ‘transparencia’ para justificar una discriminación descarada”.
La controversia ha generado un debate más amplio sobre la discriminación institucional en las políticas migratorias de Nueva Zelanda y su impacto en las familias con miembros que tienen necesidades especiales. El caso pone de relieve la urgente necesidad de revisar y reformar las políticas migratorias para garantizar que sean más respetuosas de los derechos humanos de todas las personas, independientemente de sus capacidades.
Fuente: New Zealand on verge of deporting child because he has Down syndrome