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Se ha conocido la noticia de la muerte del infausto ex cardenal Theodore Edgar McCarrick, acaecida en Misouri el jueves 3 de abril. Falleció a los 94 años, según anunció este viernes 4 de abril el arzobispo de Washington, Robert McElroy.
Uno de los casos más desagradables vinculados a McCarrick, fue el hecho de que formó una red de tráfico de jóvenes seminaristas de los que abusó sexualmente y a muchos de los cuales corrompió. Sin embargo, se mantuvo protegido e impune, incluso después de haber sido reducido al estado laical.
McCarrick fue acusado de abuso sexual de menores, y fue despojado de su estado clerical en 2019 luego de que una investigación del Vaticano determinara que había abusado sexualmente de niños y adultos -muchos seminaristas- durante décadas.
En su cuenta de X, el Padre Javier Olivera Ravasi, @PJavierOR, ha hecho una publicación dando cuenta del hecho e informando que ha celebrado una Misa por su alma.
Sin embargo, ante la trayectoria y la magnitud de corrupción que se conoció sobre su vida y el daño inmenso que con ellas hizo a niños, jóvenes, seminaristas, a otros sacerdotes y, en general, a La Iglesia, además del grave delito canónico de Escándalo, el P. Olivera antecede su publicación con las palabras “Transit gloria mundi”.
Sic transit gloria mundi es una locución latina que literalmente significa: “Así pasa la gloria del mundo” y que se utiliza para señalar lo efímero de los triunfos. El origen de la expresión parece provenir de un pasaje de la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis (1380 – 1471) en la que aparece la frase «O quam cito transit gloria mundi» (Imitación de Cristo 1, 3, 6) («Oh, cuán rápido pasa la gloria del mundo«).
Es una frase que se utilizó durante la ceremonia de coronación de nuevos papas, en donde en cierto momento un monje interrumpe el acto, muestra unas ramas de lino ardiendo y cuando se han consumido dice «Sancte Pater, sic transit gloria mundi» (Santo Padre, así pasa la gloria del mundo), recordando al Papa que, a pesar de la tradición y la grandilocuencia de la ceremonia, no deja de ser un mortal.
La misma expresión se puede encontrar también en muchos cementerios, inscrita en la tumba de personajes famosos o populares en su época.
La publicación del P. Olivera comienza diciendo:
«Falleció el ex-Cardenal McCarrick. Un tipo nefasto en vida, si los hubo. Dios quiera se haya arrepentido antes de partir frente al Juez eterno. Un cristiano no debe desearle más que la misericordia divina. Y es lo que hago celebrando hoy mismo la Santa Misa por su alma».
Luego refiere:
«Sin embargo, hace siglos, el gran Francisco de Quevedo, publicaba un tremendo epitafio que no pude no recordar (es satírico; no apto para literales)».
Y lo transcribe en su publicación. Este es el mencionado epitafio:
Epitafio a un bujarrón
Aquí yace Misser de la Florida,
y dicen que le hizo buen provecho
a Satanás su vida.
Ningún coño le vio jamás arrecho.
De Herodes fue enemigo, y de sus gentes,
no porque degolló los inocentes,
mas porque, siendo niños, y tan bellos,
los mandó degollar, y no jodellos,
pues tanto amó los niños, y de suerte
(inmenso bujarrón hasta la muerte)
que si él en Babilonia se hallara,
por los tres niños en el horno entrara.
¡Oh tú, cualquiera cosa que seas,
pues por su sepultura te paseas,
o niño o sabandija,
o perro o lagartija,
o mico o gallo o mulo,
o sierpe o animal que tengas cosa
que de mil leguas se parezca a culo:
Guárdate del varón que aquí reposa,
que tras un rabo, bujarrón profundo,
si le dejan, vendrá del otro mundo!
No en tormentos eternos
condenaron su alma a los infiernos;
mas los infiernos fueron condenados
a que tengan su alma y sus pecados.
Pero si honrar pretendes su memoria,
di que goze de mierda, y no de gloria;
y pues tanta lisonja se le hace,
di: «Requiescat in culo, mas no in pace».
Francisco de Quevedo y Villegas
Bujarrón: Dicho de un hombre: Que sodomiza a otro (Diccionario de la Real Academia Española).