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El neurocirujano Michael Egnor y el filósofo Angus Menuge han protagonizado un profundo diálogo sobre la relación entre la conciencia y el cerebro físico, desafiando las explicaciones materialistas tradicionales y explorando modelos alternativos que abordan la experiencia subjetiva, la intencionalidad, el razonamiento y el libre albedrío.
El materialismo, también conocido como fisicalismo, ha dominado la psicología y la neurociencia durante gran parte del siglo XX, sosteniendo que la mente puede explicarse completamente mediante procesos físicos. Sin embargo, Menuge y Egnor argumentan que esta perspectiva es conceptualmente incoherente y se autorrefuta al negar la existencia misma de los estados mentales subjetivos, que son fundamentales en la experiencia humana.
«Las propiedades mentales como la intencionalidad, la experiencia subjetiva y el razonamiento abstracto no se asemejan a ningún proceso físico conocido«, señala Menuge en su contribución al libro «Minding the Brain«. A diferencia de las neuronas, que pueden medirse y localizarse en el cerebro, los pensamientos carecen de propiedades físicas. El materialismo no puede explicar por qué conocemos la mente directamente a través de la experiencia, mientras que los objetos físicos solo los conocemos indirectamente mediante la percepción.
Los investigadores presentan múltiples perspectivas no materialistas, incluyendo el dualismo cartesiano, que distingue entre la sustancia pensante y la sustancia extensa (res cogitans y res extensa); el dualismo tomista o hilomórfico, que ve el alma como principio organizador del cuerpo; el idealismo de Berkeley, que propone que toda la realidad consiste en pensamientos y percepciones; y el emergentismo, que sugiere que la conciencia surge de interacciones físicas complejas pero posee propiedades independientes.
La evidencia neurocientífica también desafía el materialismo. Los estudios de Benjamin Libet sobre el libre albedrío y la percepción sensorial revelaron que el dolor se siente en el cuerpo antes de que el cerebro lo registre. Los experimentos con pacientes de cerebro dividido muestran que la unidad consciente persiste a pesar de la separación física de los hemisferios cerebrales. Las experiencias cercanas a la muerte (ECM) documentan casos donde las personas perciben información verificable mientras están clínicamente muertas.
El concepto de realismo informacional, propuesto por William Dembski, sugiere que la información, más que la materia, podría ser el componente fundamental de la realidad. Este enfoque resulta valioso porque tanto materialistas como dualistas utilizan la teoría de la información para explicar la cognición.
Los neurocientíficos M. R. Bennett y el filósofo P. M. S. Hacker advierten en «Philosophical Foundations of Neuroscience» sobre el error categorial de atribuir propiedades mentales al cerebro. Aunque el cerebro permite el pensamiento, pensar es una acción de la persona, no del órgano en sí.
La conversación entre Egnor y Menuge evidencia que el materialismo no puede explicar satisfactoriamente la riqueza de la vida mental, desde la unidad de la conciencia hasta el razonamiento abstracto. La evidencia neurocientífica sugiere que la conciencia podría existir independientemente de los procesos cerebrales, lo que demanda mayor apertura intelectual y rigor filosófico en el estudio de la relación mente-cerebro.
Fuente: Beyond Materialism: Exploring the Mind-Brain Relationship | Mind Matters