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Robert F. Kennedy Jr., Secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, ha revelado detalles preocupantes sobre el proceso de aprobación de vacunas, describiéndolo como un «conjunto de incentivos perversos» que beneficia principalmente a las grandes farmacéuticas, durante una reciente entrevista con Tucker Carlson.
En su exposición, Kennedy señaló cómo la industria farmacéutica ha estado ejerciendo una influencia significativa sobre las publicaciones académicas para asegurar evaluaciones favorables de sus productos.
«Las revistas no publicarán nada crítico sobre las vacunas… hay demasiada presión sobre ellas. Están financiadas por compañías farmacéuticas, y perderían publicidad e ingresos por reimpresiones», explicó Kennedy durante la entrevista.
El funcionario profundizó en las prácticas cuestionables de la industria, revelando que las grandes farmacéuticas «pagan para publicar en estas revistas» y contratan «científicos mercenarios» para manipular datos hasta que sus productos sean considerados seguros y efectivos. Esta situación ha llevado a Kennedy a tomar medidas drásticas, como el despido de los 17 miembros del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) en junio, al considerar que actuaban como «marionetas» de la industria que supuestamente debían regular.
El proceso de aprobación de vacunas, según describió Kennedy, sigue un patrón que genera preocupación: «Primero, el gobierno federal a menudo diseña la vacuna, el Instituto Nacional de Salud la diseñaría, se la entregaría a la compañía farmacéutica. La compañía farmacéutica luego la pasa por la FDA, luego por el ACIP, y obtiene la recomendación. Si consigues esa recomendación, ahora tienes mil millones de dólares en ingresos, como mínimo, al final del año, cada año, para siempre«.
Un caso particularmente alarmante que Kennedy destacó fue el de la vacuna contra la Hepatitis B para recién nacidos. Según sus declaraciones, en 1999 los CDC realizaron un estudio que reveló un «riesgo elevado de autismo del 1.135%» entre los niños vacunados en los primeros 30 días de vida, en comparación con aquellos que recibieron la vacuna más tarde o no la recibieron. «Los resultados los impactaron tanto que mantuvieron el estudio en secreto y lo manipularon a través de cinco iteraciones diferentes para tratar de ocultar la conexión«, afirmó Kennedy.
La preocupación fundamental expresada por Kennedy radica en que, si bien el objetivo es «proteger la salud pública», estas vacunas «pueden causar enfermedades crónicas, lesiones crónicas que duran toda la vida». Su crítica se centra en el sistema actual que, según él, prioriza los beneficios económicos sobre la seguridad y el bienestar de la población.
La revelación de estos datos ha generado un intenso debate en la comunidad médica y científica, especialmente considerando el papel crucial que juegan las vacunas en la salud pública. Las declaraciones de Kennedy subrayan la necesidad de una mayor transparencia y supervisión en los procesos de aprobación de vacunas, así como una revisión más rigurosa de los conflictos de interés en los comités reguladores.
Fuente: RFK Jr. tells Tucker how Big Pharma uses ‘perverse incentives’ to get vaccines approved