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Un reciente artículo de ProPublica ha generado controversia al afirmar que las leyes provida en Texas provocaron un aumento significativo en los casos de sepsis. La investigación, basada en datos hospitalarios de siete años, sugiere que después de la implementación de la Ley del Latido Cardíaco en 2021, la tasa de sepsis en hospitalizaciones por pérdidas de embarazo durante el segundo trimestre aumentó un 50%.
Diversos medios de comunicación como New Republic, CNN, Mother Jones, Axios y Texas Tribune difundieron esta información sin un análisis crítico profundo. Sin embargo, un examen detallado de los datos revela importantes matices que cuestionan la narrativa de una crisis de salud pública.
Los datos presentados por ProPublica se limitan específicamente a casos de sepsis en hospitalizaciones relacionadas con pérdidas de embarazo entre las semanas 13 y 21 de gestación. En términos absolutos, el incremento representa aproximadamente 28 casos adicionales por año. Esta cifra debe contextualizarse considerando que Texas tiene una población de más de 31 millones de habitantes y registra cerca de 400,000 nacimientos anuales.
Investigaciones recientes publicadas en el Journal of the American Medical Association indican que las leyes provida han aumentado la probabilidad de que mujeres afroamericanas e hispanas lleven sus embarazos a término. Dado que estos grupos demográficos presentan tasas de sepsis superiores al promedio, este factor podría estar influyendo en las estadísticas generales.
Es importante señalar que las gráficas presentadas en el artículo de ProPublica pueden resultar engañosas. La tasa de sepsis del 4.9% no corresponde a todas las mujeres embarazadas en Texas, sino específicamente a hospitalizaciones por pérdidas de embarazo entre las semanas 13 y 21, un subgrupo considerablemente más reducido.
Los autores de ProPublica omitieron mencionar que las hospitalizaciones por pérdidas de embarazo en el segundo trimestre disminuyeron un 9.3% después de la implementación de la Ley del Latido Cardíaco. Además, aunque la mortalidad materna aumentó en 2021, experimentó una reducción significativa en 2022, cuando leyes provida más estrictas estaban vigentes.
Texas se ha convertido en un referente en la implementación de políticas provida. No es sorprendente que investigadores abortistas y sus aliados mediáticos se esfuercen por presentar evidencia de una crisis de salud pública en el estado. Un ejemplo anterior fue un estudio publicado en 2016 en el New England Journal of Medicine, que sugería un aumento significativo en nacimientos financiados por Medicaid después de que Texas retirara fondos a Planned Parenthood en 2011. Sin embargo, un análisis más detallado reveló que solo 37 mujeres adicionales en un programa estatal de anticoncepción tuvieron un parto financiado por Medicaid.
El Dr. Michael J. New, profesor asistente de la Escuela de Negocios Busch en la Universidad Católica de América e investigador asociado del Instituto Charlotte Lozier, señala que el artículo de ProPublica representa otro intento de investigadores abortistas por transformar datos seleccionados en una aparente crisis de salud pública.
La posición de la Iglesia Católica sobre este tema es clara y consistente: defiende el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural. La Iglesia sostiene que toda vida humana es sagrada y debe ser protegida, mientras que simultáneamente aboga por un sistema de salud que garantice atención médica adecuada para madres y niños, antes y después del nacimiento.
Fuente:No, Pro-Life Laws Have Not Led to a Sepsis Crisis in Texas