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El Papa León XIV marca distancia con el culto a la Pachamama
En un giro significativo respecto a prácticas anteriores, el Papa León XIV ha enviado un mensaje contundente a los obispos de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, reunidos en Bogotá, estableciendo límites claros sobre la relación entre la fe católica y las expresiones culturales relacionadas con la naturaleza.
A través de un telegrama transmitido por el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, el Pontífice reafirmó tres dimensiones esenciales de la misión de la Iglesia en territorio amazónico: la proclamación del Evangelio, el respeto por los pueblos que allí habitan y el cuidado de la casa común, pero con una importante advertencia sobre los límites de esta última dimensión.
«No menos evidente es el derecho y el deber de cuidar el hogar que Dios Padre nos ha confiado como administradores atentos, para que nadie destruya irresponsablemente los bienes naturales que hablan de la bondad y belleza del Creador, ni, mucho menos, se someta a ellos como esclavo o como adorador de la naturaleza«, señaló el Papa en su mensaje, marcando una clara diferencia con aproximaciones anteriores al tema.
Esta clarificación llega en un momento crucial, cuando el discurso ecológico frecuentemente corre el riesgo de transformarse en una nueva religión de la Tierra. El Papa advierte específicamente contra la tentación de absolutizar la naturaleza, recordando que esta no es un fin en sí misma, sino un don ordenado a un propósito superior: la alabanza a Dios y la salvación de las almas.
León XIV recurre significativamente a San Ignacio de Loyola, citando los Ejercicios Espirituales (n. 23), donde se recuerda que todas las cosas creadas existen al servicio de nuestra vocación última. Esta referencia no es casual y sugiere un retorno a las fuentes tradicionales de la espiritualidad católica.
El mensaje papal enfatiza que la selva amazónica, sus ríos y los pueblos que la habitan son parte de un diseño que encuentra su significado último en Cristo, «en quien todas las cosas se reúnen» (Ef 1, 10). El Pontífice insta a los obispos amazónicos a no perder de vista la primacía de la proclamación de Jesucristo, señalando que «donde se predica el nombre de Cristo, la injusticia retrocede en proporción».
Esta postura representa una continuidad con la tradición doctrinal de la Iglesia: defender la naturaleza sin caer en su culto, salvaguardar los bienes de la creación sin convertirse en sus cautivos. Para la misión cristiana, incluso en la Amazonía, el objetivo no es generar nuevos cultos, sino conducir todas las cosas a su plenitud en Cristo.
El mensaje papal marca un punto de inflexión significativo en la aproximación de la Iglesia a las expresiones culturales amazónicas, especialmente en lo referente a la Pachamama, cuya presencia en ceremonias católicas había generado controversia en años anteriores. La nueva dirección sugiere un retorno a una expresión más acorde y coherente con la Sagrada Tradición, es decir, con la auténtica fe católica, mientras mantiene el compromiso con el cuidado del medio ambiente dentro de un marco teológico claramente definido.
La Iglesia enseña que la creación es un don de Dios que debe ser cuidado y administrado responsablemente, pero nunca adorado. El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC 2415-2418) establece que el dominio sobre el mundo mineral, vegetal y animal, otorgado por el Creador al hombre, no es absoluto y debe ejercerse con respeto por la integridad de la creación, pero siempre recordando la supremacía del ser humano sobre la naturaleza y la adoración exclusiva debida a Dios.