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La reciente edición de los Juegos Olímpicos de París ha dejado un sabor amargo en el padre Edward Pleń, capellán de larga trayectoria del equipo polaco. En declaraciones a la prensa, expresó su sorpresa y malestar ante las trabas impuestas para celebrar misas en la Villa Olímpica.
«No pudimos oficiar misas en la Villa Olímpica».
Padre Edward Pleń, capellán de la delegación polaca.
«Quería coordinar previamente los horarios de las misas. Pero me encontré con que aquí no se podían celebrar misas, solo ‘oración'», relató el sacerdote. «La misa es la oración más bella, pero fueron inflexibles. No pude y aún no puedo entenderlo».
El padre Pleń comparó la situación con sus experiencias previas como capellán olímpico. «En juegos anteriores existía la posibilidad de celebrar misa en la Villa Olímpica, aunque Tokio y Pekín fueron diferentes por la pandemia y sus restricciones. El centro ecuménico operaba online. Ahora, sin embargo, bloquearon la posibilidad de celebrar la Eucaristía. No sé quién tuvo la idea tan absurda», lamentó.
La fe, parte de la vida de muchos atletas
El sacerdote subrayó que la fe es un elemento importante en la vida de numerosos deportistas. «En estos momentos, los atletas a menudo encuentran el valor para hacer diferentes preguntas. Conversamos, a veces acordamos reunirnos nuevamente tras los Juegos», afirmó.
«A menudo les decía, al rezar el Padrenuestro, que tuvieran tiempo para mirar a Jesús y reflexionar: ‘¿A quién estoy viendo? ¿Veo a Jesús o solo una imagen de Él?'», añadió.
La oración va más allá del ritual
El padre Pleń enfatizó que la oración trasciende el mero ritual y es, ante todo, una relación personal con Dios. Sus declaraciones han desatado un amplio debate sobre el papel de la religión en los Juegos Olímpicos y los intentos de limitar las libertades religiosas de atletas y clérigos.
Fuente: Kapelan polskich olimpijczyków: Nie mogliśmy odprawiać Mszy Świętej w wiosce olimpijskiej
