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La Catedral de la Gracia de la ciudad de San Francisco, en los Estados Unidos, se ha convertido en un punto de encuentro para la comunidad LGBT y los no religiosos.
La Catedral de la Gracia, un templo gótico de casi 100 años de antigüedad, se ha transformado en los últimos años en un lugar de reunión para la comunidad LGBT y las personas no religiosas de San Francisco. Así lo destaca un artículo del New York Times, que describe cómo la catedral episcopal ofrece ahora clases de yoga, conciertos y hasta espectáculos de drag queens, atrayendo a una congregación más joven y menos devota.
Según datos del Censo de EE.UU., San Francisco es la segunda área metropolitana menos religiosa del país, sólo superada por Seattle. El 63% de los adultos no asisten a servicios religiosos o lo hacen menos de una vez al año. Pero la Catedral de la Gracia parece haber encontrado la fórmula para atraer a este sector de la población, eso sí por fuera de la fe de la Iglesia, lo que la convierte en un centro “cultural” y de encuentros o actividades propiamente seculares.
En 2022 lanzó el programa «Grace Arts», que por una cuota anual ofrece descuentos y beneficios para asistir a diversas actividades. Entre ellas destacan las clases de yoga dos veces por semana, tan populares que los asistentes deben hacer «Tetris de colchonetas» para entrar entre columnas y bancos, describe el artículo. También se realizan conciertos, sesiones de meditación y hasta espectáculos de drag queens y de artistas circenses.
Los miembros de Grace Arts ya superan a los feligreses habituales: 820 hogares suscritos frente a 550 hogares asistentes a la iglesia. Y la edad promedio de los participantes ha bajado de 63 a 40 años en sólo dos años, señal de que el programa está atrayendo a gente más joven [adultos, pero no “público” de las actividades religiosas ni de la acción Sacramental de la Iglesia].
Muchos de estos nuevos miembros son personas que se han alejado de la religión tradicional, pero «buscan un sentido de comunidad». Es el caso de Darren Main, instructor de yoga gay que se sintió marginado por la Iglesia Católica.
«Mucha gente de aquí dejó la iglesia al no sentirse bienvenidos o seguros. Pero aún necesitamos un espacio donde estar juntos por alguna razón que no sea discutir de política», declaró al New York Times.
Otro caso es el de Kimberly Porter-Leite, lesbiana casada con una «ex católica» que se sintió maltratada por la Iglesia. Comenzó asistiendo a las clases de yoga y quedó enganchada. «Una catedral era un lugar improbable para pasar su tiempo, pero sabía que la de La Gracia tenía reputación de ser liberal y acogedora«, escribe el artículo.
El decano de la Catedral, Malcolm Clemens Young, señaló estar animado por el diverso grupo de personas que asiste, incluyendo agnósticos y ateos.
«Siempre decimos que puedes pertenecer antes de creer, o puedes pertenecer y nunca creer. Hay tanta hambre espiritual. Siempre miraremos las estrellas con asombro. Y siempre nos preguntaremos por qué estamos aquí», expresó.
Malcolm Clemens Young, Decano de la Catedral.
La Catedral de la Gracia se ha convertido así en un inesperado punto de encuentro en San Francisco. Un lugar donde las personas LGBT, los no creyentes y otros grupos encuentran un espacio de pertenencia, yoga, meditación y espectáculos, sin necesidad de profesar una fe religiosa tradicional.
Fuente: NY Times hypes old San Fran cathedral converted into yoga studio, drag show parlor as ‘place to be’
