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A pesar de los constantes fracasos en la detección de vida inteligente fuera de la Tierra, la esperanza de encontrarla algún día parece no desvanecerse. Científicos como Avi Loeb mantienen viva la fe, mientras que otros como Ethan Siegel abogan por ser más escépticos.
Un ejemplo reciente de estos vaivenes entre esperanza y decepción lo constituye el caso del telescopio espacial James Webb. Inicialmente, el astrónomo Pallab Ghosh, de la BBC, pensó que tenía la primicia:
“Señal tentadora de posible vida en un mundo lejano”, referida a un indicio de dimetilsulfuro en la atmósfera del exoplaneta K2-18b, según datos del telescopio, lo cual fue replicado por otros medios.
Pero luego sobrevino el acostumbrado desencanto cuando se descartó que efectivamente se tratara de ese compuesto orgánico:
“La señal se superpone fuertemente con el metano, y creemos que distinguir el DMS (dimetilsulfuro) del metano está más allá de la capacidad de este instrumento”, explicó el astrónomo Shang-Min Tsai.
Pese a estos frecuentes desencantos, prestigiosos astrofísicos como Avi Loeb (Universidad de Harvard) se muestran convencidos de la existencia de inteligencia extraterrestre en otros planetas y dedican sus carreras a buscar evidencia de ello. Loeb fue designado recientemente como investigador principal de la primera subvención de la NASA para estudiar firmas de posible vida inteligente en exoplanetas distantes.
Según el escritor Steven Poole, Loeb mostró una fe absoluta en que el objeto interestelar Oumuamua era una nave espacial alienígena. Más recientemente sugirió que un meteorito que explotó frente a la costa de Nueva Guinea en 2014 podría ser tecnología extraterrestre. Cuanto más aprendemos sobre el mundo, más posibilidades imaginamos sobre los extraterrestres.
En un interesante ensayo publicado en Aeon, Adam Frank, astrofísico de la Universidad de Rochester, traza la forma en que la búsqueda de extraterrestres (no sólo algas marinas sino también extraterrestres inteligentes) ha pasado de ser una tontería ridícula de OVNIs a un esfuerzo científico serio:
El próximo gran telescopio espacial que la NASA está planeando se llamará Observatorio de los Mundos Habitables. El nombre te dice todo lo que necesitas saber. Estamos apostando por la búsqueda de vida en el Universo porque finalmente tenemos la capacidad de buscar vida en el Universo. El factor de la risa finalmente es historia.
ADAM FRANK, “LA VIDA EXTRATERRESTRE NO ES UNA BROMA”, AEON, 30 DE ABRIL DE 2024
Se utilizan modelos matemáticos como la ecuación de Drake para estimar la probabilidad de vida, pero tienen serias limitaciones, dado que se desconoce cuán probable es en realidad que la vida surja espontáneamente, incluso en planetas que parecen reunir condiciones favorables.
El astrofísico Ethan Seigel plantea que «la posibilidad más simple —que simplemente no están ahí fuera— debería ser la hipótesis por defecto hasta que se demuestre lo contrario».
«El hecho de que surgiera temprano en la historia de la Tierra no significa que una fracción significativa de los planetas realmente tenga (o alguna vez haya tenido) vida en ellos. Podría ser casi un 100%, un 10%, un 1%, un 0,01%, o una probabilidad entre un millón de que la vida surja de la no vida. Si rebobináramos el reloj y volviéramos a empezar la Tierra, ¿qué probabilidades hay de que la vida hubiera surgido y prosperado aquí? Nuestra ignorancia es asombrosa.»
ETHAN SIEGEL, “THE NADA SORPRENDENTE NO DETECCIÓN DE EXTRATERRESTRES INTELIGENTES ”, BIG THINK, 23 DE ABRIL DE 2024 (REPUBLICADO EL 17 DE DICIEMBRE DE 2021)
Sin embargo, es muy poco probable que la comunidad científica adopte esa postura escéptica, ya que la búsqueda de civilizaciones extraterrestres responde en gran medida a un anhelo casi religioso de la humanidad por no estar sola en el universo. Por más fracasos y desencantos que depare el futuro, la esperanza parece ser eterna en este campo.
¿Se trata entonces de una auténtica empresa científica o más bien de una expresión de fe? Según Adam Frank, autor de The Little Book of Aliens, la búsqueda de vida extraterrestre inteligente ha dejado atrás «el factor risita» para convertirse en algo serio. Pero las limitaciones de ecuaciones como la de Drake y la infinitud de hipótesis ad hoc sobre por qué no hemos encontrado aliens sugieren que la ciencia aquí está supeditada a la fe.
Fuente:Extraterrestrials Are Clearly a Matter of Faith, Not Science | Mind Matters