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Falsa denuncia de abuso revela manipulación materna y años de injusticia
Un impactante caso de falsa denuncia de abuso sexual ha sacudido a la sociedad argentina después de que Tomás Ghisoni, quien acusó a su padre Pablo Ghisoni de abuso cuando era niño, admitiera públicamente que todo fue una mentira orquestada por su madre, Andrea Vázquez.
«Fui víctima de un entorno que me enseñó a repetir un relato», confesó Tomás en un video de cinco minutos difundido en redes sociales, donde revela cómo fue manipulado para construir una «verdad emocional» que resultó ser falsa. «Perdí a mi familia y a mi papá durante más de una década», manifestó el joven, evidenciando el profundo daño causado por esta situación.
La historia se remonta a 2009, cuando el matrimonio Ghisoni-Vázquez se separó, desencadenando una batalla legal por la custodia de sus tres hijos. Andrea Vázquez presentó múltiples denuncias por violencia familiar contra su ex esposo, las cuales fueron desestimadas. En 2012, el Tribunal de Familia N°3 de Lomas de Zamora otorgó la custodia de los menores al padre.
La situación dio un giro dramático en 2014, cuando se presentó una denuncia por abuso sexual reiterado y corrupción de menores contra Pablo Ghisoni. La acusación, respaldada por dos de los tres hijos y promovida activamente por la madre, resultó en la detención inmediata del médico, quien pasó tres años privado de su libertad: dos años en una institución de salud mental y uno bajo arresto domiciliario.
Francisco Ghisoni, el hijo mayor, se mantuvo firme en su apoyo a su padre desde el principio, negándose a participar en las falsas acusaciones. Durante una exposición en el Senado en 2023, Francisco declaró: «Nunca me tocó, nunca me hizo nada. Si hubiese sido verdad, yo sería el primero en denunciarlo», demostrando su inquebrantable convicción sobre la inocencia de su padre.
El proceso judicial concluyó en 2023 con la absolución unánime de Pablo Ghisoni, en un juicio donde el fiscal ni siquiera presentó una acusación formal. A pesar de este resultado, Andrea Vázquez impugnó la decisión, manteniéndose el caso en trámite.
La confesión de Tomás ha añadido una nueva perspectiva al caso, revelando los mecanismos de manipulación empleados.
«Lo más difícil de admitir es que sostuve esa acusación durante más de 10 años», reconoció. «No fue una mentira inventada por mí, fue una historia impuesta por una figura adulta en la que yo confiaba plenamente, mi madre».
En su testimonio, Tomás enfatizó que su caso no debe utilizarse para desacreditar las denuncias legítimas de abuso, pero advirtió sobre el grave daño que causan las acusaciones falsas. «Roban años, destruyen familias y siembran desconfianza en las voces que sí necesitan ser escuchadas», señaló, abogando por una legislación que regule este tipo de denuncias sin perjudicar a las víctimas reales.
Este caso pone de manifiesto la necesidad de protocolos más rigurosos en la evaluación de denuncias de abuso sexual, especialmente en contextos de disputas por custodia infantil, donde las acusaciones falsas pueden ser utilizadas como herramientas de manipulación con consecuencias devastadoras para una de las partes involucradas, en este caso, el hombre, el Padre y, especialmente, sobre los hijos y su educación como tales, como miembros y parte funcional de una familia.
Fuente: Denunció a su padre por abuso y ahora admite que fue una mentira impulsada por su madre – LA NACION