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El Vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, manifiesta una profunda conexión con el sacramento de la Confesión. Así lo dio a conocer en un emotivo discurso durante el Desayuno Nacional de Oración en Washington D.C.
El Vicepresidente Vance compartió detalles íntimos sobre su conversión al catolicismo, destacando especialmente su experiencia con el sacramento de la Confesión. Su revelación cobra una particular relevancia, pues la hizo justo en vísperas de la temporada penitencial de Cuaresma, que comenzó el 5 de marzo.
Durante su intervención, Vance describió con franqueza su rutina sacramental: «Probablemente iba a confesarme cada dos semanas porque fallaba en asistir a Misa cada dos semanas«, explicó. Con notable sinceridad, detalló los desafíos cotidianos que enfrentaba:
«Tienes viajes de negocios… los niños se enferman y… simplemente recuerdo ese proceso de pensar: ‘OK, si no voy a la iglesia esta semana, voy a tener que ir y hablar con un extraño sobre todo lo malo que hice en las últimas dos semanas'».
El político reconoció que esta práctica regular fortaleció significativamente su disciplina espiritual y vida de oración.
«Creo que una de las genialidades de nuestra fe es que nos enseña la repetición y nos forma a través de un proceso. Por supuesto, ese es, creo yo, el corazón del misterio de la fe: que, de alguna manera, al practicar los Sacramentos, incluso imperfectamente como ciertamente lo hago yo, Dios nos transforma», reflexionó Vance.
Para aquellos que deseen acercarse al sacramento de la Reconciliación, la Iglesia establece un proceso claro y accesible que comienza con un examen de conciencia profundo, reflexionando sobre los pecados cometidos. El penitente debe iniciar la confesión con la señal de la cruz y la frase «Bendígame Padre porque he pecado, hace [tiempo] de mi última confesión…» seguido por la enumeración de las faltas.
El sacerdote asigna una penitencia como acto de arrepentimiento en respuesta a la Misericordia Divina recibida en el confesionario. El ritual continúa con el Acto de Contrición, una oración que expresa el dolor por los pecados cometidos y el firme propósito de enmienda. La absolución sacerdotal, momento culminante del sacramento, libera al penitente de sus pecados mediante la gracia divina.
El Acto de Contrición, parte fundamental del sacramento, expresa en una de sus fórmulas: «Dios mío, me arrepiento de todo corazón de todos mis pecados. Al elegir hacer el mal y dejar de hacer el bien, he pecado contra ti, a quien debo amar sobre todas las cosas. Propongo firmemente, con tu ayuda, hacer penitencia, no volver a pecar y evitar todo lo que me lleve al pecado. Nuestro Salvador Jesucristo sufrió y murió por nosotros. En su nombre, Dios mío, ten misericordia«.
La transparencia del Vicepresidente Vance al compartir su experiencia personal con el sacramento de la Confesión representa un testimonio significativo de fe en la vida pública estadounidense, especialmente en un momento en que la sociedad debate sobre el papel de la religión en la esfera política. Su ejemplo ilustra cómo la práctica religiosa regular puede influir positivamente en la vida personal y profesional de los servidores públicos.
Esta revelación del Vicepresidente también sirve como recordatorio de la importancia de la reconciliación y la renovación espiritual, particularmente relevante en el contexto de la Cuaresma, período tradicional de reflexión y penitencia en el calendario litúrgico católico.
Fuente: JD Vance Reveals He ‘Went to Confession Every Other Week’ After Becoming Catholic