“Ir a Tierra Santa es una experiencia de Dios, un encuentro verdadero con Jesús, porque todos los acontecimientos de su vida narrados en el Santo Evangelio, cuando tú visitas un lugar santo, están en acto presente. Es decir, no vas a visitar el sitio de un acontecimiento que ya pasó, sino de un hecho que ha pasado, que está pasando y que continúa. Entonces cuando llegas a un lugar santo, te encuentras a Jesús en acto presente”, explica el reconocido predicador católico de México, Pepe González.
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De ahí la importancia, según el representante de Stella Maris, de que los viajes a Tierra Santa, en Israel, se asuman como auténticas peregrinaciones con la compañía espiritual de un sacerdote. El predicador mexicano precisa en su entrevista radial: “cuando tú haces que los peregrinos contemplen la Tierra Santa en acto presente, cada uno de los misterios de Jesús revelados en el Santo Evangelio, ya no se visita en plan de turismo, sino como un verdadero peregrino en la Fe, ¡con biblia en mano!”.
Aunque en los últimos años se ha incrementado la oferta del turismo religioso en Colombia, todavía son pocos quienes visitan Tierra Santa, según Sierra. “Cerca de 8 mil 500 colombianos viajan cada año a este lugar sagrado de los más de 40 millones de católicos bautizados, mientras que en China, cuya población católica equivale al total de la colombiana, salen cada año 1 millón de peregrinos para conocer la tierra de Nuestro Señor”.
Lo que vivió Jesús en los cinco sitios clave
Mar de Galilea (Cafarnaún), lago de Tiberíades o lago de Genesaret. Dependiendo del territorio donde se esté, adquiere el nombre. En la foto, desde Cafarnaún, donde Jesús se encuentra por primera vez con Juan, Santiago y Pedro y comienzan los principales momentos de fe con los primeros Apóstoles. Hoy en día se mantiene la pesca y se realizan festivales de deportes acuáticos.
Nazaret. En la Basílica de La Anunciación se encuentra la casa donde vivía la Santísima Virgen María en el momento del Anuncio del Arcángel Gabriel, allí donde pronunció las palabras “fiat”, “hágase”, que le abrieron las puertas de la redención a la humanidad.
Monte Tabor. En la cima se eleva la basílica de la Transfiguración de Nuestro Señor, en cuyas torres están las capillas de Elías y Moisés. En la transfiguración se unen en Cristo la Antigua Alianza, representada por estos profetas, y la Nueva Alianza en los rostros de Juan, Santiago y Pedro. Allí se manifiesta la Gloria de Jesús.
Huerto de Getsemaní. En el Monte de los Olivos, a un costado de Jerusalén, está el Huerto de Getsemaní, donde comienza la Pasión de Nuestro Señor. Se llega hasta allí después de subir una pequeña colina, observando la misma vegetación de hace dos mil años.
Basílica de La Agonía. Se construyó justamente donde Jesús derramó las gotas de sangre, en su oración en el Huerto de Getsemaní. Allí Jesús sintió su debilidad como hombre, y al tiempo se encomendó y abrazó, una vez más, la Voluntad del Padre, el Cáliz de la salvación.
La escalera de la redención. Herido y abofeteado pasó por este camino Nuestro Señor, después de que las autoridades judías lo juzgaran y maltrataran en cabeza de Caifás, el jefe del sanedrín. De ahí lo condujeron al pretorio romano para ser juzgado por Poncio Pilato. Jesús experimentó allí el dolor y la frustración, pero ofreció cada paso a su Padre por amor a nosotros.
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¿Te gustaría conocer Tierra Santa? Haz clic aquí y entérate de la próxima peregrinación en noviembre. Más información aquí: www.stellamaris.com.co
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