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Padre Jesusmary Missigbètò | Viernes 23 de agosto de 2024 – 9:56 a. m. EDT
(LifeSiteNews) — La siguiente es una carta abierta del padre Janvier Gbénou, también conocido como el padre Jesusmary Missigbètò, al Papa Francisco en la que pide que se le restituyan sus facultades sacerdotales. El padre Gbénou ha corregido públicamente los errores teológicos del Pontífice y, como resultado, ha sido expulsado de su orden religiosa y suspendido. El padre Gbénou también corre el peligro inminente de ser expulsado del estado clerical.
En su carta, el P. Gbénou observa que el mismo Papa Francisco había dicho a los obispos italianos que no es pecado criticar al Papa, y también que algunos sacerdotes contradecían abiertamente tanto a Juan Pablo II como a Benedicto XVI sin perder sus facultades ministeriales.
BENIN
22 de agosto de 2024
Memoria de la Realeza de la Santísima Virgen María
Al Pontífice Reinante,
el Papa Francisco,
VATICANO
Asunto: Solicitud de facultades ministeriales sacerdotales
¡Oh, Padre queridísimo, que Jesús y María te bendigan abundantemente! Me dirijo a usted con amor, confianza, humildad y respeto para pedir a su alta benevolencia que me sean concedidas una vez más mis facultades ministeriales sacerdotales. ¡Gracias por recibir esta carta a través de Su Eminencia Lazarus You Heung-Sik, Prefecto del Dicasterio para el Clero! ¡Gracias también por permitirme hacerlo público para que cardenales, obispos, sacerdotes y laicos puedan escribirles a través del cardenal Lázaro You para apoyar mi solicitud (prefetto@cclergy.va / +39 06 69 88 41 51)! Pido a Dios que los periodistas e intelectuales católicos hagan lo mismo.
Habiendo deseado el sacerdocio a la edad de 13 años, ordenado a la edad de 32 años en Roma el 5 de mayo de 2012, te ruego humildemente que pongas fin a la injusticia que me ha impedido servir a la Iglesia y a la humanidad con mi sacerdocio durante los últimos cuatro años. ¡La Iglesia necesita sacerdotes! ¡La humanidad necesita sacerdotes! Fernando Ocáriz, Prelado del Opus Dei, me ha retirado injustamente de mis facultades ministeriales el 4 de marzo de 2021 (prohibición de la celebración pública de la Misa, la predicación, las confesiones) y el 1 de febrero de 2022 (prohibición de la celebración privada de la Misa), porque «publiqué textos y comentarios criticando al Romano Pontífice» [1].
Oh, Amado Padre, ¿por qué es injusta esta decisión? Primera razón: Antes de la fecha del 4 de marzo de 2021, siempre pedía a los fieles católicos que rezaran por ti, ya que tú mismo sueles animarnos a hacerlo, y nunca utilicé la misa, la predicación o las confesiones para criticarte negativamente. Todos los que me han escuchado y frecuentado en mi trabajo pastoral en Yamoussoukro (Costa de Marfil) pueden dar testimonio y confirmaros que no miento. Segunda razón: La crítica no es una infracción canónica; no hay ningún canon en el Código de Derecho Canónico que prohíba la crítica al Romano Pontífice. De hecho, usted mismo dijo a los obispos italianos el 21 de mayo de 2018: «Non è peccato criticare il Papa, si può fare» (No es pecado criticar al Papa, se puede). Esto significa que le has dado a los cristianos el derecho de criticarte cuando se trata del bien de la Iglesia y de las almas. Todos los periodistas e intelectuales católicos hacen esto regularmente sin recibir ninguna sanción. Durante mucho tiempo, varios sacerdotes criticaron negativamente a los Papas San Juan Pablo II y Benedicto XVI sobre la enseñanza moral tradicional de la Iglesia sobre la sexualidad (Thomas Reese, S.J.; James Martin, S.J.; y cols.). ¿Han sido privados de sus facultades ministeriales? ¡No!
Oh Querido Padre, según el diccionario, una crítica puede referirse a los aspectos positivos o negativos de una cosa, un individuo o una situación. En cuanto a los aspectos negativos, existe la obligación moral de evitar la calumnia (difamar afirmando lo falso) y la murmuración (hablar de una falta real públicamente y sin justicia ni caridad). Por lo tanto, para que la crítica pública sea moralmente aceptable, debemos preguntarnos si es verdadera y necesaria. Personalmente, no os he calumniado ni he hablado mal de vosotros porque el contenido de mi crítica pública es verdadero y esta crítica es necesaria por la justicia y la caridad hacia vosotros y los cristianos de todo el mundo (2.400 millones). En mis intervenciones públicas, he hablado de los aspectos positivos y negativos de vuestro pontificado para que todos los cristianos estén bien informados de vuestros errores que, con la notable ayuda del cardenal Víctor Manuel Fernández, atacan el matrimonio, la familia, los sacramentos y la unidad de la Iglesia (ecumenismo): Amoris laetitia (2016), Histerectomía (2018), Declaración de Abu Dhabi (2019), Leyes de convivencia homosexual (2020, 2021, 2023 y 2024), Traditionis custodes (2021), Comunión dada a todos los políticos católicos públicamente pro-aborto e impenitentes (2021), Fiducia supplicans (2023), Dignitas infinita (2024). He explicado sus medias verdades que, a través del relativismo y la ética de situación, distorsionan seriamente la conciencia moral de los cristianos y ya están siendo enseñadas a los futuros sacerdotes en los seminarios de todo el mundo. Todas las personas moral e intelectualmente honestas pueden confirmar que las acusaciones que he hecho públicamente contra ti son ciertas, ya que siempre he presentado pruebas de ellas: tus palabras y tus acciones.
Oh, Querido Padre, al actuar de esta manera, he cumplido un doble deber de conciencia: el deber de la caridad cristiana (obra espiritual de misericordia) para ayudar al «Papa de la misericordia» a salir de los graves errores que se ha negado a corregir durante ocho años; el sagrado deber sacerdotal de predicar la verdad al Pueblo de Dios. Por lo tanto, mi conciencia moral está en línea con la obediencia a los mandamientos de Dios y al ejemplo de los santos. Dios exige que vivamos el Octavo Mandamiento y evitemos el pecado de la adulación [2]. Jesús nos pide que hagamos pública la corrección fraterna y filial [3]. Dios Padre repitió este consejo a todos los cristianos a través de Santa Catalina de Siena [4]. En Antioquía, por un error mucho menos grave que vuestros muchos errores morales y doctrinales, san Pablo hizo una corrección filial pública (crítica pública) a san Pedro e informó de ello a todos los cristianos de todos los tiempos en su carta a los Gálatas [5]. La Tradición cristiana, así como San Agustín y Santo Tomás de Aquino, han elogiado la actitud de Pablo [6]. San Maximiliano María Kolbe decía que «la obediencia… es para nosotros el signo seguro de la voluntad divina»�, pero «la única excepción al deber de obedecer es que el superior ordenara algo que implicara manifiestamente, aunque sea de la manera más mínima, una violación de la ley divina: en ese caso, él mismo no sería un intérprete fiel de la voluntad de Dios» [7]. Como han demostrado numerosos profesores universitarios y expertos en Historia, Teología, Moral y Derecho Canónico [8], usted no es un fiel intérprete de la voluntad divina, ya que está induciendo a los cristianos a actuar inmoralmente contra esa voluntad. La obediencia a un superior tiene un límite: el pecado.
Oh, Amado Padre, al concluir esta carta, recordemos que cegados por el orgullo, los antiguos escribas, fariseos y líderes judíos (60-70-80 años) eran obstinados en sus errores. Dolidos por las críticas públicas, al joven Jesús (33) lo consideraban descortés, insolente y arrogante. Sin embargo, estaban equivocados, porque Jesús los amaba profundamente y solo estaba motivado por el amor a su salvación eterna en todo lo que decía y hacía, incluso cuando se enojaba en el Templo [9] o usaba expresiones fuertes como «sepulcros blanqueados» o «serpientes, raza de víboras» [10]. Gracias a su humildad, san Nicodemo y san José de Arimatea comprendieron esto y amaron a Jesús. San Juan Bautista también criticó públicamente a los fariseos, a los saduceos y a Herodes. Hoy tienes una elección: ¿Seguirás el camino de san Nicodemo y de san José de Arimatea corrigiendo las medias verdades de tu magisterio y anulando las injustas sanciones contra los sacerdotes y obispos que defienden la verdad de la enseñanza tradicional de la Iglesia? ¿Seguirás el camino de Herodes y de los líderes judíos (Anás y Caifás) que no aceptaron la verdad predicada por Jesús y Juan el Bautista? Tu respuesta tiene graves consecuencias, porque el primer camino conduce al Cielo mientras que el segundo conduce al Infierno: «Queridos hijos, mi Jesús os ama, pero… Él es el Juez Justo… Aquellos que siembran medias verdades causando ceguera espiritual en muchos de Mis pobres hijos, no entrarán a su Santuario Eterno… Ama y defiende la verdad. Acoged el Evangelio de mi Jesús y escuchad las enseñanzas del verdadero Magisterio de su Iglesia» (Nuestra Señora de Anguera, 5.216, 14 de diciembre de 2021). Lo mismo vale para su teólogo favorito: «Walter Kasper: he aquí que por él muchos morirán» (2.570, 3 de septiembre de 2005). Unido a muchos cristianos de todo el mundo, rezo por vosotros con fe, esperanza y caridad: mientras haya vida, la humildad es siempre posible.
Afectuosamente,
tu hijo africano, el P. Janvier Gbénou
Seudónimo: P. Jesusmary Missigbètò; fatherjmm@gmail.com
Facebook, YouTube, Twitter, Truth, Threads, Instagram, TikTok, SoundCloud: @fatherjesusmary
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[1] Decreto del Vicario Regional del Opus Dei en Costa de Marfil (Serge Abdoulaye Sissoko), 1 de febrero de 2022
[2] «Reprende abiertamente a tu prójimo para que no cometas pecado por causa de esa persona» (Levítico 19:17); «Está prohibida toda palabra o actitud que por halago, adulación o complacencia aliente y confirme a otro en actos maliciosos y conducta perversa. La adulación es una falta grave si hace a uno cómplice de los vicios o pecados graves de otro» (Catecismo de la Iglesia Católica 2480).
[3] «Si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas tú y él… Si no te escucha, llévate a uno o dos más contigo… Si se niega a escucharlos, dígaselo a la Iglesia». (Mateo 18:15-17).
[4] «Si persiste en no corregirse a sí mismo… Puedes… que sea notorio al cuerpo místico de la santa Iglesia» (Libro della divina dottrina: volgarmente detto Dialogo della divina provvidenza, Trattato dell’orazione, p. 212, Editori Laterza, 1928).
[5] «cuando Kephas llegó a Antioquía, me opuse a él cara a cara, porque claramente estaba equivocado» (Gálatas 2:11).
[6] «si hubiera algún peligro para la fe, los superiores tendrían que ser reprendidos por los inferiores, incluso en público» (Summa Theologica II-II, q.33, a.4).
[7] Breviarium, Officium lectionis, Sancti Maximiliáni Maríæ Kolbe, 14 Augusto, Lectio Altera.
[8] Cf. Carta abierta al Colegio Cardenalicio, 29 de junio de 2016, 45 firmantes; Corrección filial al Papa Francisco, 16 de julio de 2017, 62 signatarios; Carta abierta a los obispos, abril de 2019, 20 firmantes; Declaración ‘Vírgen Santísima de Guadalupe, Mater Veritatis Salutaris’, 12 de diciembre de 2021, 58 firmantes; Llamamiento filial a todos los cardenales y obispos de la Iglesia Católica, 2 de febrero de 2024, 511 firmantes; Las preocupaciones sin respuesta sobre Amoris Laetitia: Por qué la Exhortación Apostólica sigue siendo un peligro para las almas, 29 de septiembre de 2021; Alabanza por defender la Fe contra las herejías presentes, Arouca Press, 2021; Tradimento della sana dottrina attraverso «Amoris laetitia», P. Tullio Rotondo, Youcanprint, 2022; etcétera.
[9] Cf. Mateo 21, 12-13; Marcos 11:15-18; Lucas 19:45-48.
[10] Mateo 23:27.33.
