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Un estudio preliminar publicado por científicos de la Universidad de Yale ha revelado hallazgos alarmantes sobre el Síndrome Post-Vacuna (PVS), una condición persistente que afecta a personas que recibieron la vacuna contra el COVID-19, planteando serios interrogantes sobre los efectos a largo plazo de esta inmunización que fue ampliamente obligatoria.
La investigación, liderada por los doctores Akiko Iwasaki y Harlan Krumholz como parte del Estudio LISTEN de Yale, analizó muestras de sangre de 64 participantes: 42 pacientes que presentaban síntomas de PVS y 22 sin síntomas, identificando diferencias significativas en el sistema inmunológico entre ambos grupos.
Alex Berenson, reconocido periodista de investigación, compartió en su cuenta de X:
«MUY URGENTE: Los principales científicos de Yale han encontrado agotamiento de células T y producción prolongada de proteína spike en algunos receptores de la vacuna COVID, con niveles de spike AUMENTANDO con el tiempo. Este es el estudio del que escribí en diciembre. El preprint está disponible. Es muy, muy preocupante«.
Los hallazgos revelan que los pacientes con PVS exhiben alteraciones biológicas años después de recibir la vacuna, incluyendo anomalías en el sistema inmunológico y la presencia persistente de la proteína spike en su sangre. Se observó una disminución en las células que combaten infecciones y un aumento en las células inflamatorias asociadas con la inflamación crónica.
Un descubrimiento particularmente inquietante es que algunos pacientes mostraron niveles más elevados de la proteína spike del coronavirus en su sangre años después de la vacunación, lo que según la Dra. Iwasaki podría ser la causa de los síntomas del PVS. Además, la investigación vinculó esta condición con la reactivación del virus Epstein-Barr latente, principal causante de la mononucleosis.
Los síntomas característicos del PVS incluyen intolerancia al ejercicio, fatiga excesiva, niebla mental, insomnio y mareos. Estos síntomas típicamente aparecen dentro de los dos días posteriores a la vacunación y pueden persistir durante meses o incluso años, afectando significativamente la calidad de vida de los pacientes.
El Dr. Krumholz, coautor principal del estudio, enfatizó en YaleNews la importancia de atender estas manifestaciones:
«Es evidente que algunos individuos están experimentando desafíos significativos después de la vacunación. Nuestra responsabilidad como científicos y clínicos es escuchar sus experiencias, investigar rigurosamente las causas subyacentes y buscar formas de ayudar».
La publicación de estos hallazgos coincide con un momento de creciente escrutinio sobre las vacunas de ARNm contra el COVID-19. Según reportes recientes, ocho estados están considerando legislación para prohibir estas vacunas, tras múltiples estudios que las vinculan con problemas cardíacos y fallecimientos.
Las estadísticas de la Administración de Recursos y Servicios de Salud de EE.UU. (HRSA) son igualmente preocupantes: hasta diciembre de 2024, se registraron 10,473 reclamaciones alegando lesiones o muertes relacionadas con estas vacunas.
A pesar de estos hallazgos alarmantes, los científicos de Yale mantienen una postura cautelosa. La Dra. Iwasaki señaló: «Este trabajo aún está en sus primeras etapas, y necesitamos validar estos hallazgos. Sin embargo, esto nos da esperanza de que podría haber algo que podamos usar para el diagnóstico y tratamiento del PVS en el futuro«.
La investigación continúa en desarrollo, y los expertos enfatizan la necesidad de estudios adicionales para comprender completamente el alcance y las implicaciones de este síndrome post-vacuna, así como para desarrollar tratamientos efectivos para los afectados.
Fuente: Yale study links COVID shots to shocking long-term effects